Del huerto y los campos a la mesa
Teresa Torner es hija de familia payesa. Nacida en una masía a 1.860 metros de altura, sus padres, abuelos y bisabuelos ya eran agricultores y ganaderos. Es una de las propietarias de BioAbenur y Patata Ecològica, en Fontanals de Cerdanya, donde desde hace más de 25 años trabajan en tierras certificadas como ecológicas.
En Mas Montagut controlan todas las fases de la producción, desde la tierra al plato, para garantizar que sus productos conserven todas las propiedades y sean de la mejor calidad. La suma de su experiencia y saber hacer se ve reflejada en su manera de trabajar, aprovechando todos los recursos.
Junto al cultivo de patata ecológica, en el Mas crían vacas de raza Bruna dels Pirineus y disponen de ejemplares de Caballo Pirenaico Catalán. De este modo, las vacas pacen y proporcionan el abono que nutre los campos. Paralelamente, tiene lugar una rotación de cultivos para mantener en condiciones óptimas la salud de la tierra. Esto les lleva a cultivar forrajes y cereales de diferentes tipos, siendo autosuficientes en la alimentación del ganado.
Todas las fases de la siembra y el cultivo se desarrollan teniendo presente el firme propósito de mantener el equilibrio de la tierra, conservar la fauna, el micro-ecosistema y preservar el entorno. Con la compra de sus patatas con certificación del Consell Català de la Producció Agrària Ecològica (CCPAE), por ejemplo, además de disfrutar de sus propiedades, se contribuye pues a preservar el medio, con un cultivo sostenible y responsable, destinado a mejorar la salud global.
Hablamos del proyecto con Teresa Torner.
La entrevista
¿Cómo definirías los inicios de Patata Ecològica de la Cerdanya? ¿Cuántas personas forman parte del proyecto y trabajan en él?
Patata Ecológica nació para diversificar la finca, de la experiencia de cultivar patatas y para llegar al cliente con un producto de calidad, hecho que nos da la oportunidad de hacer una venta directa y dar valor a nuestro trabajo directamente del campo. Como todo, los inicios son difíciles, y progresivamente vamos reduciendo las ventas a intermediarios. Trabajamos por un cultivo que quede en el territorio y que podamos vender directamente en el mismo Mas. Patata Ecológica es un proyecto familiar: Pau y yo estamos al frente y nuestros hijos colaboran y disfrutan del mismo cuando no están en la escuela.
¿Porqué os decantasteis por la agricultura y la ganadería ecológica? ¿Costó mucho el proceso de certificación?
En los inicios de la certificación ecológica yo era muy joven, fueron mis padres quienes empezaron el proceso. Recuerdo problemas económicos graves en casa, a causa del boicot que se hacía a este tipo de productos. La carne se vendía, por lo tanto, fuera de aquí. Ellos resistieron como pudieron…y aquí nos encontramos nosotros, dando valor a aquellos incontables esfuerzos —para mí, ¡fueron los héroes de aquellos tiempos! Gracias a personas como ellos, el mercado de productos ecológicos ha ido creciendo sin pausa. Les tenemos que agradecer todo lo que hicieron porque se tardó años en normalizar el concepto ecológico. Para nosotros, no es únicamente una certificación o un sello, sino nuestra filosofía tanto de producción en el Mas como de vida.
¿Porqué y en qué momento os decidisteis a seguir la tradición familiar? ¿Cómo te ayudó, a nivel personal, haber crecido en este entorno?
Cosas de la vida, cuando se nos presentó la ocasión de volver a la tierra, no lo dudamos ni un segundo. Era el año 2015. Tanto Pau como yo nacimos en medio rural y, de hecho, en mi caso, supongo que ello me ha dado fuerza para superar los obstáculos. Nacer en este entorno y vivirlo como lo viví de pequeña me ha ayudado a desarrollar recursos que ahora utilizo, como el hecho de no abandonar cuando no se ven soluciones o cuando los obstáculos te ahogan. También saber disfrutar de nuestros esfuerzos y del crecimiento personal que este camino supone. Hemos hecho de él un modo de vida; es mucho más que ir al trabajo. Es un proyecto vital.
¿Cómo te definirías como persona y cómo describirías tu vínculo con Fontanals de Cerdanya y el paisaje ceretano?
Me defino como madre, ganadera, resistente, comprometida, tozuda y responsable. Me considero parte de este territorio porque, para mí, la Cerdanya es mi hogar. Nací en una finca a rozar de las nubes y crecí en un entorno que hoy es mi día a día, y mi pasión.
“El haber nacido en un entorno rural me ha ayudado a desarrollar recursos que ahora utilizo, a seguir adelante, a saber disfrutar de los esfuerzos y del crecimiento personal que este camino supone. Hemos hecho de ello un modo de vida. Es un proyecto vital.”
¿Cómo es el día a día en el Mas Montagut?
El día a día se centra en priorizar el cuidado del ganado y velar por su bienestar. Hacer una buena previsión para los campos y cultivos y organizar las tareas según las necesidades. Muchos días no podemos seguir exactamente las tareas que habíamos programado, ya sea por el tiempo o los imprevistos, pero te acostumbras a trabajar así. Por la noche y en los días de lluvia abordamos la burocracia ligada a la actividad. Por otra parte, trabajamos en igualdad de género.
¿Cuáles han sido los principales obstáculos que habéis tenido que superar para seguir adelante con este estilo de vida?
Una vez que pudimos acceder a la tierra —que ya sabemos que es el primer obstáculo—, tuvimos que cumplir con todos los requisitos para iniciar la actividad: la complejidad de los temas burocráticos, los económicos…¡Las trabas de inicio en este oficio son casi insuperables!
Iniciarse y hacer viable una explotación es una heroicidad, hoy en día. Tenemos, por un lado, a la industria agro-alimentaria que revienta los precios y por otro, los obstáculos que la propia normativa impone, como por ejemplo, que el sello de proximidad puede ponerlo un supermercado que ofrece carne o patatas procedentes de otros países. Nos enfrentamos a una lucha continua para poder llegar al consumidor, que busca productos de calidad, y para dignificar nuestro oficio, que debería ser valorado y entendido como imprescindible. Por lo tanto, seguimos con el reto de hacerlo viable, de poder vivir de él.
“Iniciarse y hacer viable una explotación es una heroicidad, hoy en día. Nos enfrentamos a una lucha continua para poder llegar al consumidor que busca productos de calidad y para dignificar nuestro oficio, que debería ser valorado y entendido como imprescindible.”
Vuestros procesos de producción siguen criterios ecológicos. ¿Qué métodos hacéis servir, en este sentido? ¿Cuál es el valor añadido de vuestra plantación?
Aparte de los criterios generales de producción ecológica, como sería la NO utilización de productos químicos, en los campos del Mas hacemos rotación, es decir, que cada año, en las distintas parcelas, cambiamos el cultivo para dar recursos a la tierra y que pueda defenderse de las plagas y la falta de propiedades. Cada cultivo fija unos elementos que el cultivo posterior utiliza y que la tierra consume para mantener su salud.
Las patatas que cultivamos tienen un sabor excepcional: la altitud, el agua y el entorno mismo lo hacen posible. No añadimos nada. Para el control de las hierbas removemos la tierra mecánicamente, y las plagas las controlamos mediante depredadores naturales. Trabajamos siguiendo las lunas, y llevamos a cabo las actuaciones necesarias para mantener en óptimas condiciones los cultivos, respetando su ciclo natural. Como mantenemos la tierra saludable, ¡el fruto que da es inmejorable!
En lo referente a la ganadería ecológica de Mas Montagut, para nosotros supone encontrar el equilibrio entre el ganado y la extensión del terreno al que tiene acceso para que pueda reproducirse y crecer siguiendo su ritmo natural, sin hormonas, sin medicarlo sistemáticamente. Se le respeta su ritmo a lo largo de la vida. En algún caso excepcional se ha de tratar para evitar males mayores o para no arriesgar su vida, y en esos casos, no dudamos en hacerlo.
Su manejo es exclusivamente en extensivo y sus buenos resultados son bien visibles: falta de enfermedades, falta de problemas en los partos, el ganado goza de buena salud y tiene acceso a la luz del sol cada día del año, y al alimento y al agua, siempre. Estamos convencidos de que este es el manejo adecuado.
También los cereales y forrajes que consume el ganado proceden del mismo Mas; por lo tanto, tampoco contienen ningún tipo de sustancia añadida. El agua que beben los animales es potable, del torrente de Montagut y pasan todo el año en la zona. Durante el verano, están en la montaña del mismo municipio.
Creemos pues, que trabajar conjuntamente y dejar espacio y tiempo para que el entorno se desarrolle no es solo producir ecológico: es producir de una manera más consciente, duradera en el tiempo, manteniendo la calidad no únicamente del producto en sí, sino también del agua, de lo que nos rodea y de la salud global.
“Trabajar conjuntamente y dejar espacio y tiempo para que el entorno se desarrolle no es solo producir ecológico: es producir de una manera más consciente, duradera en el tiempo, manteniendo la calidad no únicamente del producto en sí, sino también del agua, de lo que nos rodea y de la salud global.”
¿Qué particularidades tienen los productos que comercializáis, con certificación del Consell Català de la Producció Agrària Ecològica (CCPAE)?
Todo lo que producimos está certificado por el CCPAE, el organismo que certifica los productos ecológicos en Catalunya desde 1994 (con anterioridad a ese año, era el CRAE, el Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica, quien lo hacía desde el año 1989). Principalmente, su función consiste en certificar los productos agro-alimentarios ecológicos en Catalunya con una normativa que ha de cumplir quien los produce y elabora. Para nosotros, es un sello para poder garantizar a nuestros clientes que el producto es ecológico. Pero también es una filosofía de vida, una prácticas, un compromiso y una manera de hacer las cosas lejos de la convencional.
Tanto la ganadería como los cereales, los forrajes y las patatas que cultivamos están certificados. La particularidad de los productos que llevan el sello CCPAE es que están libres de productos tóxicos, de sulfatos y abonos químicos. Son productos de calidad y con garantías de trazabilidad.
Es importante conocer los sellos y saberlos identificar. Los consumidores tenemos la responsabilidad y el derecho a saber qué compramos, y los que producimos en ecológico pasamos una vez al año por un control para la continuidad de la certificación.
En vuestra página web habláis de eco-revolución. ¿Desde vuestro punto de vista, cuáles son los objetivos de la misma?
La eco-revolución tiene como objetivo mejorar y adaptar el entorno rural a los cambios ya tangibles que están llegando. Nos encontramos en un momento en el que no podemos asegurar la continuidad para las generaciones futuras, y esto nos inquieta y nos empuja hacia una forma de trabajar más consciente y sostenible. Queremos hacer todo lo que esté en nuestras manos para contribuir a este gran cambio necesario para la transformación social. Es trabajo de todos, tanto de los que trabajamos la tierra como de cada uno de nosotros, en cada gesto cotidiano.
Veremos cambios en el Mas, desde mejorar y aprender a optimizar todavía más los recursos hasta encontrar en él un punto en el que poder aproximarse aún más a lo que representa producir, consumir y vivir aquí.
“Tanto la ganadería como los cereales, los forrajes y las patatas que cultivamos están certificados por el CCPAE. Para nosotros, es un sello para poder garantizar a nuestros clientes que el producto es ecológico, pero también una filosofía de vida, unas prácticas, un compromiso y una manera de hacer las cosas lejos de la convencional.”
¿Dónde pueden conseguirse vuestros productos?
Las patatas pueden encontrarse en tiendas y restaurantes de la comarca y uno de los puntos de referencia será la agrotienda de Puigcerdà, junto con muchos otros productos del territorio. También vendemos directamente en el Mas y durante este año 2020 habrán cambios en la comercialización.
¿Qué le querríais decir al consumidor para concienciarlo sobre todo aquello que implica adquirir productos como los vuestros?
Consumir productos de calidad y de proximidad tiene como resultado la buena gestión del territorio y una cadena de efectos positivos. Consumir estos productos favorece el mantenimiento del paisaje, la prevención de incendios, mejora la calidad del aire, ayuda a combatir el cambio climático, a mantener la economía circular y a defender el sector primario. Implica perpetuar los buenos productos de la tierra, que consumirlos sea un derecho y no un privilegio, hacer frente a las industrias alimentarias, abastecerse de productos saludables, con la prevención de enfermedades y todos los efectos que ello conlleva…
¿Cómo creéis que contribuye vuestro proyecto a la promoción del sector primario? ¿Cómo os imagináis, el futuro del sector?
Los pequeños productores somos los que ofrecemos productos de mejor calidad, los que diversificamos el territorio y los que fijamos la población en las zonas rurales. Somos los encargados de limpiar bosques, de mantener prados y caminos, que los paisajes continúen siendo bellos. La agricultura y la ganadería no invasiva es una herramienta necesaria. Somos la base y somos imprescindibles.
Es muy atrevido imaginar el futuro del sector…, me gustaría que siguieran creciendo las cooperativas de consumo, que las personas hiciéramos la compra de una manera consciente, que los campesinos y campesinas fuéramos valorados como los profesionales esenciales que somos y que la industria alimentaria es la responsable de unos beneficios desmesurados para todos los actores, excepto para los que realmente producimos alimentos. Que el precio de los alimentos en las grandes corporaciones es un falso bajo coste, que tiene un alto coste medioambiental y para toda la sociedad. Me gustaría pensar que podemos impulsar un cambio para conseguir que los alimentos saludables estén al alcance de todos, que sean un derecho y no un privilegio.
“Los pequeños productores somos los que ofrecemos productos de mejor calidad, los que diversificamos el territorio y los que fijamos la población en las zonas rurales. Somos los encargados de limpiar bosques, de mantener prados y caminos, que los paisajes continúen siendo bellos. La agricultura y la ganadería no invasiva es una herramienta necesaria. Somos la base y somos imprescindibles. Consumir productos de calidad y de proximidad tiene como resultado una cadena de efectos positivos y la buena gestión del territorio.”
¿Confiáis en un cambio de tendencia en lo que se refiere al consumo, con una visión más responsable?
No es que confíe en ello, es que es necesario, y se hará evidente en poco tiempo. No tenemos demasiadas alternativas…
Formáis parte de ramaderes.cat y de Pam a Pam, el mapa colaborativo de Economía Social y Solidaria (ESS) de Catalunya. ¿Qué valores compartís con estas asociaciones?
Ramaderes.cat es un colectivo de mujeres ganaderas. Gracias a las nuevas tecnologías podemos salir a trabajar con los recursos de todas las mujeres que formamos parte del mismo. Compartimos las cosas del día a día y nos apoyamos mútuamente, como colectivo reivindicativo que trabaja para dar visibilidad a la mujer rural.
Pam a Pam representa una buena manera de tener al alcance información acerca del lugar donde se encuentran empresas catalanas con valores sociales y solidarios. Nos adherimos porque compartíamos valores y porque es un mapa práctico para ver con un clic las empresas que cooperan con los agentes del territorio, favorecen el desarrollo social y apuestan por la sostenibilidad ambiental.
Actualmente presides la Agroalimentaria Cerdanya. ¿Cuál es la principal razón de ser de la entidad?
Esta asociación nace para dar respuesta a las necesidades de la comarca. Formamos parte de ella productores, elaboradores, restauradores, comerciantes, hoteleros, otras asociaciones y particulares. Trabajamos conjuntamente para poner en valor el producto y la gastronomía local, bajo criterios de sostenibilidad económica, social y medioambiental. Es un reto para todos los que la integramos, ya que las necesidades son diferentes pero de alguna manera están entrelazadas. Hemos conseguido uno de los retos principales: en enero de 2020 se abrió una agrotienda en Puigcerdà, uno de los resultados visibles del trabajo de todos los implicados.
Indistintamente del cargo que ocupemos, todos somos importantes y para mí es importante ser parte activa de los cambios, ¡siempre que sea posible!
Patata Ecològica de la Cerdanya… ¡y mucho más!
Del huerto y los campos a la mesa
BIOABENUR, SL
Mas Montagut
Fontanals de Cerdanya
Tel.: 679 94 97 09 – 669 90 45 28
www.patataecologica.com
infobioabenur@gmail.com
Persona de contacto: Teresa Torner