Quién es
Nacida en 1963 en Odèn, la escritora Roser Guix Torrents, hija de payeses, se define como una persona muy cercana y autodidacta. Después de cursar los estudios, trabajó en el sector del comercio y, más adelante, como ama de casa, en el mundo rural. Su pasión por los libros y la literatura se despertó a los veinte años cuando una larga enfermedad la convirtió en una lectora voraz. Fue entonces cuando empezó a escribir los recuerdos y la vida de su abuela paterna. En el año 2010 se atrevió con relatos cortos —que tuvieron un notable éxito— y en 2013 publicó la primera de sus novelas. En la actualidad vive en Nuncarga (Peramola), en el Alt Urgell y sus obras, en las cuales el entorno, la naturaleza y la montaña son una gran fuente de inspiración, recogen costumbres e historias del ámbito rural, en el que la mujer desarrolla un papel vital.
Qué hace
En sus obras, Roser Guix Torrents recrea, con autenticidad y sinceridad, el mundo en el que vivió de niña y de joven, habla de cambios sociales y de la evolución de la familia y el individuo en el seno de la sociedad y, para ello, utiliza el lenguaje auténtico, natural, directo y cotidiano del mundo de payés. En Una dona del terròs (Pagès Editors, 2013), Pa amb vi i sucre (Palibrio, 2013), Agredolç (Pagès Editors, 2014), Oli de perdigons (Pagès Editors, 2017) i Flor d’un dia (Pagès Editors, 2020) las mujeres adquieren todo el protagonismo, se convierten en el hilo conductor y son el pilar de la familia. Son mujeres humildes, generosas, luchadoras, que se hacen respetar, que se enfrentan a la realidad que a veces no les gusta, con la perseverancia, el esfuerzo y el sacrificio como grandes valores para conseguir un mundo mejor. La escritora las reivindica como puntales de la historia, a pesar de haber sido las grandes olvidadas. El patriarcado, la lucha contra el machismo, contra los estereotipos, la lucha por los ideales, la lucha de clases y los conflictos del mundo rural y el agroturismo… son otras de las grandes temáticas que aborda con maestría.
El entorno
Nuncarga, en la orilla derecha del río Segre y al pie del Tossal de Nuncarga, es un pequeño pueblo perteneciente al término municipal de Peramola. Este lugar, ideal para realizar turismo gastronómico o disfrutar de sus fiestas y tradiciones, como el Pesebre Viviente, se extiende hacia el valle del Segre, a la izquierda del barranco de Peramola. En el municipio, en el que se hallan las pinturas rupestres de la Cova dels Moros, Patrimonio de la Humanidad, como uno de los elementos más atractivos de su patrimonio cultural, destacan monumentos medievales, como las ruinas del antiguo castillo de Peramola o la iglesia de Sant Miquel y la capilla de Sant Joan. El emplazamiento constituye asimismo un punto de partida ideal para practicar senderismo hasta la Roca del Corb (995 m), la iglesia románica de Sant Salvador del Corb, el Roc de Rombau (991m) o las Roques de Sant Honorat (1.068 m), enclaves destacados de la sierra de Sant Honorat, escarpadura de notable interés geológico.