Quiénes son
Magda Plazas y Jaume Casado, dos enamorados de Llimiana, dejaron Barcelona para establecerse en la Masía Mauri, en dicha población, porque querían un cambio: vivir en un entorno rural y desarrollar alguna actividad nueva, diferente, que contribuyera a potenciar y a dinamizar la zona. Estudiaron la historia agrícola del territorio y descubrieron que fue una importante región productora de azafrán en la Edad Media. Con la intención de recuperar este cultivo, y tras un intenso proceso de aprendizaje, pusieron en marcha Safrà del Montsec, que ofrece un producto 100% natural y ecológico con el cual intentan transmitir la ilusión, el amor por la tierra y las raíces, la entrega, la honestidad, la exigencia y el cariño que ponen en su trabajo. Tienen asimismo como objetivo preservar las tradiciones culturales y agrícolas del territorio. Y todo ello, con un firme compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente. Además, colaboran con asociaciones que promueven acciones dirigidas a personas en riesgo de exclusión socio-laboral.
Qué hacen
En Safrà del Montsec intentan ser transparentes y coherentes en todo lo que hacen, y lo demuestra el hecho de que tardaron más de seis meses en encontrar los envases que utilizan, unos frascos de vidrio reciclado, un claro ejemplo de sostenibilidad. La producción es totalmente artesanal, siendo el trabajo manual la clave para la obtención de un azafrán de calidad 100% natural y ecológico. Se ocupan de todas las etapas de la producción —la plantación, la recolección, el desbrizne y la deshidratación, paso para el que utilizan madera seleccionada— y lo que les distingue es un proceso mucho más laborioso, una inversión extra de tiempo y de mano de obra, y una producción muy limitada, ya que únicamente envasan y distribuyen el azafrán que ellos producen. De esta manera, priorizando la calidad, se aseguran de que el suyo es un azafrán homogéneo, auténtico y con unas características únicas, resultado de controlar con esmero cada paso del proceso de producción consiguiendo un producto exquisito tanto para uso doméstico como para la restauración. Disponen de los certificados ecológicos CCPAE y UE LOGO. Además, organizan anualmente las jornadas «Azafraneros por un día» para divulgar su labor y permitir, a quien esté interesado, adentrarse en el fascinante y bello mundo del azafrán.
El entorno
Llimiana se caracteriza, entre otros aspectos, por el hecho de tener numerosas masías dispersas por el territorio y varias ermitas, como la de Sant Andreu de Llimiana o la de la Serra, y la de Sant Salvador del Bosc. En el pueblo, destaca la iglesia románica de Santa María de la Cinta, del siglo XI, y la casa-museo del Dr. Bonifaci, todo ello rodeado de un entorno natural magnífico, puesto que desde el municipio, elevado sobre un monte rocoso, se disfruta de una buena panorámica de la Conca de Tremp, el valle de Barcedana y el río Noguera Pallaresa con el pantano de Cellers. Esta zona permite realizar bastantes rutas como la que va hacia el santuario de Sant Salvador del Bosc, de origen románico, o la que conduce a la llamada Paret de les Bruixes, al desfiladero de Terradets, donde se encuentran algunas de las vías de escalada más antiguas del Estado español. En el mismo desfiladero, se puede visitar la cueva de los Muricecs o Muriacs, donde se han hallado restos humanos de la época prehistórica, la edad de bronce y la edad de hierro. El emplazamiento también permite descubrir la Sierra del Montsec.