Quiénes son
Procedentes del mundo del arte, Lidia y Marc vivieron veinte años en Barcelona pero, al nacer sus hijos, quisieron dar un cambio a sus vidas. Tomaron la decisión de instalarse en Cal Calsot, un caserío típico de la Cerdanya de finales del siglo XIX catalogado como Patrimonio Cultural Catalán, propiedad de la familia de un buen amigo. En 2011 empezaron a reformarlo conservando el patrimonio y la estructura arquitectónicos para convertirlo en un alojamiento rural responsable, sostenible y respetuoso con el medio ambiente, volcando en el proyecto toda su creatividad y transmitiéndole su manera de vivir, con respeto por la idiosincracia del entorno que tanto estiman. En 2012 abrió las puertas con el objetivo de cuidar de las personas que les visitan, a quienes tratan como si fueran amigos, y a la vez minimizar el impacto en el entorno. Quien se aloja en Cal Calsot puede percibir, en cada rincón y en cada detalle, cómo son Lidia y Marc, puesto que han aportado su sentido artístico y creativo al diseño de los espacios, creando parte del mobiliario y escogiendo cuidadosamente cada objeto y cada producto con esencia, detrás del cual hay siempre una persona y una historia, desde las aceiteras hasta las cerámicas, desde la presentación de los platos hasta la ropa de cama.
Qué hacen
Cal Calsot es un alojamiento con una capacidad máxima para 12 personas. Se trata de un espacio de tranquilidad en el que sus 5 habitaciones disponen de unas excelentes vistas, son amplias y confortables, luminosas, sin televisor y con baño privado. Son lo suficientemente espaciosas para poder practicar yoga y su diseño racional y funcional transmite calma. Los espacios comunes de la casa son la sala de estar, el comedor y el jardín experimental, en el antiguo patio donde actualmente cultivan especies de plantas locales y plantas aromáticas con las que Lidia y Marc condimentan los platos. Cocinan con productos de la tierra, alimentos frescos de temporada, ecológicos y de proximidad, para fomentar la economía local y reducir la huella de carbono, y trabajan en colaboración con pequeños productores artesanos del territorio y asociaciones con las que comparten valores. La esencia de Cal Calsot es cuidar del entorno y minimizar el impacto en el mismo, siguiendo el modelo de «rechazar, reducir, reutilizar, reparar y reciclar». Colaboran con proyectos empresariales de integración social, que dan ocupación a personas de colectivos desfavorecidos, como la tintorería de la Cooperativa Nougrapats de la Seu d’Urgell o la empresa textil Teixidors de Terrassa, y con la Asociación Agroalimentaria de la Cerdanya, la Fundación Ecoagroturismo y Som Energia.
El entorno
El emplazamiento privilegiado de Cal Calsot, en el término municipal de Montellà, al pie del Parque Natural del Cadí-Moixeró y el Baridà, permite descansar, relajarse, desconectar, disfrutar de la tranquilidad y el silencio, reconectar con uno mismo y ofrece a quien llega hasta allí un gran abanico de actividades relacionadas con la naturaleza y la cultura. Para descubrir el territorio, de gran belleza, se puede disfrutar de numerosas actividades ecoturísticas respetuosas con el entorno: caminando o pedaleando, a caballo o en globo, en invierno dando paseos con raquetas de nieve, observando las aves y la fauna local… Desde Cal Calsot puede asimismo visitarse el Parque de los Búnquers de Martinet y Montellà de Cerdanya, y a tan solo media hora de coche, se puede ir a la Seu d’Urgell y visitar sus calles medievales y la catedral románica, así como a Puigcerdà, para disfrutar de un paseo por el lago o contemplar sus casas señoriales.