El vino que se obtiene de unas viñas heroicas
Bajo el paraguas de la bodega familiar Torre del Veguer, que produce vinos al amparo de la DO Penedés, Joaquín Gay de Montellà, hijo de empresarios catalanes que hace más de un siglo que se dedican al mundo del vino, es quien está al frente de este proyecto.
Hace más de una década que plantaron las vides en la Cerdanya, con la intención de recuperar uno de los cultivos históricos de la comarca antes de que la filoxera los arrasara. El año 2008 fue un año especial porque fue cuando fueron plantadas las primeras viñas y la familia ofreció a Joaquín incorporarse a la bodega. Pero las viñas necesitan tiempo, y todavía más en este valle, por eso no fue hasta 2015 cuando pudieron hacer realidad los dos vinos que elaboran, que llevan como nombre Llum del Cadí, el vino blanco, con riesling, y el vino tinto, con pinot noir, dos variedades de uva que se producen tradicionalmente en el norte de Europa, donde el clima es más frío, pero que por las similitudes meteorológicas se adaptan perfectamente a las características de la Cerdanya.
El vino lo elaboran en la bodega de Sant Pere de Ribes, pero tienen en mente hacer crecer la producción y establecer una bodega en la comarca y así obtener un producto totalmente local.
Hablamos con Joaquín Gay de M., que nos explica cómo surgió y cómo se hizo realidad este proyecto:
«Mi trayectoria en el mundo del vino empieza ya de muy pequeño, echando una mano a mi madre en la viña y en la bodega.»
Vienes de una familia de tradición vinícola. Pero, ¿cómo empieza y cómo ha sido tu trayectoria en este mundo?
Pues mi trayectoria en el mundo del vino empieza ya de muy pequeño echando una mano a mi madre Marta en la viña y en la bodega, impregnándome de este maravilloso mundo de las cepas, y de inimaginables aromas y sabores. El año 2008 fue muy especial ya que fue cuando hicimos la primera plantación en la Cerdanya y además, la familia me ofreció incorporarme a la bodega.
¿Cómo surgió este proyecto?¿Por qué decidisteis plantar vides en la Cerdanya?¿Tiene algo que ver el hecho de que tu familia esté muy arraigada a esta comarca?
Los impulsores de este proyecto fueron mis padres, sobre todo mi madre que, como bien dices, tiene raíces aquí en la Cerdanya. Sin ir más lejos, su abuela fue Hija Adoptiva de la villa de Puigcerdà. Además de por motivos emocionales, también empezamos este proyecto para experimentar, con la voluntad de dar respuesta a las problemáticas derivadas del cambio climático y, en consecuencia, a la posible amenaza que podríamos padecer en el macizo del Garraf, con viñas a 4 kilómetros del mar Mediterráneo, que año tras año soportan temperaturas más elevadas, precipitaciones más escasas y vendimias más avanzadas. Recordemos que el valle de la Cerdanya, aun estando a unos 1.200 metros sobre el nivel del mar, goza de una insolación única, ya que es el valle más ancho de Europa a esta altitud.
¿Cuántas personas están implicadas en este proyecto? ¿Y cuántas personas trabajan en la Cerdanya?
En este momento, en la Cerdanya somos tres las personas implicadas en el trabajo en la viña, más algunas ayudas extra en momentos determinados, como pueden ser la plantación, la poda o la vendimia.
«El clima de la Cerdanya provoca una brotación más tardía, también hay que estar pendientes de las heladas y de la acción animal; además, en la Cerdanya una viña puede llegar a tener que plantarse hasta 4 veces. Por todo ello, a la vid que arraiga la bautizamos como ‘viña heroica’.»
Háblanos del proceso de cultivo de las viñas y la vendimia, de las dificultades y diferencias del proceso en la Cerdanya y en el Garraf, y de este concepto de «viticultura heroica» que tú utilizas.
Respecto de otras zonas vitícolas más habituales, en la alta montaña nos encontramos con una brotación más tardía y un ciclo vegetativo más corto; sumado al hecho que en la Cerdanya hemos de estar pendientes de las heladas tardías de los meses de abril y mayo, y las tempranas de octubre y noviembre, de las granizadas de agosto, etc. También hay otras diferencias, como la acción animal que hemos sufrido en varias ocasiones como corzos, avispas y bandadas de estorninos y, últimamente, jabalíes que merman todavía más la ya escasa producción. En lo referente a «la viticultura heroica», se trata de un concepto muy utilizado para hablar de zonas en las que la producción es menos extensiva y más dificultosa, como puede ser la Cerdanya o el Priorato, zonas muy distintas pero con esta característica en común. También la utilizamos para explicar el hecho que, en el Pirineo, una viña la plantamos en 3 o 4 años. Esto quiere decir que la misma cepa la plantamos en distintos años, cuando normalmente deberían arraigar a la primera. Por eso a la viña que consigue enraizarse y sobrevive la llamamos viña heroica.
Hace diez años resultaba extraño plantar viña a más de 1.000 metros, pero cada vez hay más productores que se apuntan a ello. ¿Por qué crees que ocurre esto?
En el año 2008 nadie apostaba por nuestra idea, e incluso algunos nos tomaban por locos, en el buen sentido de la palabra. Como bien dices, cada vez hay más productores que buscan producir a mayor altitud. Y esta decisión de producir a más de 1.000 metros está íntimamente ligada al cambio climático, para contrarrestar los cambios meteorológicos que he mencionado antes.
«Creemos que la Cerdanya será una referencia vinícola importante dentro de 20 años. Queremos crear una Denominación de Origen de la Cerdanya.»
Empezasteis con 1 o 2 hectáreas y las habéis ido ampliando. ¿Cómo os planteáis el futuro?
El inicio fue lo más duro, ya que fuimos pioneros en la Cerdanya catalana y, por lo tanto, no había histórico ni experiencias previas recientes. Confiamos mucho en este proyecto y creemos que la Cerdanya será una referencia vinícola importante dentro de 20 años. Hemos tenido las primeras conversaciones y hemos dado los primeros pasos para crear una Denominación de Origen Cerdanya, incluso estamos estudiando hacerla transfronteriza, tal y como se ha hecho con el nuevo Hospital de Puigcerdà.
¿La bodega de la Cerdanya será pronto una realidad?¿De qué depende?
La bodega de la Cerdanya depende de una mínima producción de botellas para que la inversión que comporta construir una bodega sea rentable. A día de hoy, eso no es posible, pero creemos que antes del 2025 será una realidad. Haremos la bodega en función de cómo evolucionen las últimas plantaciones. También hay que tener en cuenta que aquí en la Cerdanya la vid crece la mitad de rápido que en el Garraf. Tenemos, pues, que doblar la paciencia.
«La producción de la Cerdanya es muy limitada y nada fácil de encontrar en el mercado.»
Por el emplazamiento tan singular de las viñas y al ser el rendimiento de las vides en la Cerdanya más bajo, tal como nos explicas, la producción de vinos de ambas variedades, riesling y pinot noir, es muy pequeña. ¿Cuántas botellas producís?
Llum del Cadí quiere ser un homenaje a esta maravillosa comarca y a la sierra del Cadí, de efectos mágicos y luminosos, y de marcada identidad ceretana. Y la producción depende totalmente de cómo haya sido el año agrícola, de la acción animal y de la meteorología. Actualmente la producción de la Cerdanya es muy limitada y nada fácil de encontrar en el mercado. En estos momentos, del vino Lum del Cadí pinot noir producimos entre 600 y 1.500 botellas al año; y del Llum del Cadí riesling, entre 300 y 1.000.
¿Cómo las distribuís?¿Dónde se pueden encontrar? Las distribuimos principalmente en la comarca de la Cerdanya, a través de nuestro distribuidor Ramon Rovira. Las podréis encontrar en los mejores establecimientos de restauración y en las tiendas Gourmet de la comarca, si bien, y de manera muy puntual, vendemos a establecimientos muy seleccionados de fuera de la Cerdanya. También se pueden comprar directamente en la bodega de Sant Pere de Ribes o bien en nuestra tienda en línea.
Llum del Cadí
El vino que se obtiene de unas viñas heroicas
Els Platers
17539 Bolvir (Cerdanya)
Gerona
Tel: 609.626.294
www.torredelveguer.com
joaquin@torredelveguer.com
Persona de contacto: Joaquín Gay de M. Estany