Viticultura de altura y de montaña
Anna Baqués e Isaac Rigau son ingenieros agrónomos y enólogos y llevan más de 20 años vinculados a la elaboración de vinos. Su otra gran pasión es la montaña y, muy especialmente, la Cerdanya, donde llegaron hace 25 años y en la que han pasado muchas temporadas de invierno como profesores de esquí.
Los dos han viajado y trabajado por todo el planeta, en países tan diversos como Nueva Zelanda, Chile, Francia o Sudáfrica ampliando sus conocimientos de enología y viticultura conociendo de primera mano otras zonas, climas, variedades…
Porque el sueño de Anna e Isaac era poder tener su propia explotación vitícola en la montaña, un sueño que pudieron hacer realidad en Llivia, con un proyecto que les permitía vincular y fusionar de una manera única sus dos grandes pasiones. Así, en 2011, junto a tres amigos más se lanzaron a producir vino a más de 1.200 m de altitud. Nacía Llivins, un proyecto emprendedor con corazón.

La primera bodega de elaboración de vinos cerdana
La bodega es el elemento clave del proceso de elaboración y, con el fin de mantener la máxima calidad y cuidado en todas sus fases, decidieron implantarla en la misma finca donde se encuentra ubicada la viña, en Llivia. Sólo de esta manera pueden recoger y prensar lo más rápidamente posible, manteniendo y preservando todas las características de la uva en el mosto.

Visitamos las viñas y la bodega de LLIVINS, donde nos recibe Isaac Rigau que nos descubre las claves de la elaboración del vino de altura. Nos explica cómo interviene la montaña en el proceso de creación. “La Cerdanya es uno de los valles más anchos de Europa, con una altitud mínima de unos 1.000 m. Se caracteriza por su orientación este-oeste, que le asegura una gran insolación de cerca de 3.000 horas de sol al año. En la vertiente sur, el efecto foehn aporta corrientes cálidas y secas que contrastan con el rigor del clima de altitud. Se aseguran, de esta manera, unos saltos térmicos que permiten una maduración de calidad en nuestra viña ecológica de Sauvignon Blanc.” Añade, asimismo, que la tierra es muy buena para el cultivo de la vid y comenta que el aire es muy seco, cosa que dificulta la propagación de hongos.
“Durante la edad media ya se hacía vino en la Cerdanya y ahora, con LLIVINS, se ha recuperado la viticultura en la comarca como arte agrícola tradicional.”
La climatología extrema, clave del éxito
En LLIVINS aprovechan la climatología extrema – con temperaturas a menudo bajo cero, nieve, amplitud térmica, y demás condiciones propias de esta zona del Pirineo – para producir un vino especial, dado que todo el proceso de elaboración se impregna de estas circunstancias. Pero, sin duda, trabajar en este contexto es muy duro. “En el cultivo de la viña de altura, hemos de hacer frente a numerosas dificultades y obstáculos que, con mucho entusiasmo y dedicación, nos esforzamos en superar año tras año.”
La climatología extrema se aprovecha para producir un vino especial, dado que todo el proceso de elaboración se impregna de las condiciones y la situación del entorno.

Las heladas en primavera, el granizo o la pluviometría son algunos de los parámetros climatológicos que más han tenido en cuenta a la hora de decidirse por la variedad de vid a plantar, la densidad de la plantación (el número de cepas por hectárea, que aquí ha de ser muy elevado para concentrar más los azúcares y aromas del vino), y la orientación de la plantación. La finca de LLIVINS es 100% Sauvignon Blanc, una variedad de uva blanca, muy fresca, aromática, que se adapta muy bien en climas más fríos y que les recuerda mucho a Nueva Zelanda. La viña es ecológica y la trabajan aplicando técnicas de permacultura.
Aprendiendo de la experiencia
Desde que emprendieron la aventura de LLIVINS, sus enólogos han cambiado completamente su manera de vivir. Han modificado hábitos y han aprendido de los ciclos de la naturaleza y de la vida en la montaña, de manera que tienen cada vez más información sobre qué han de hacer dependiendo de cada situación. Por ejemplo, “si las viñas ya están brotando y llegan fuertes heladas, luchamos inmediatamente haciendo fuego, humo y repartiendo las brasas por los márgenes. También hemos aprendido a determinar en qué momento empezarán a salir los primeros brotes gracias a una señal que nos da la naturaleza. Con los años, la observación nos ha permitido descubrir, en los manzanos que tenemos en la viña, una señal inequívoca de que nuestras viñas se preparan para brotar. Los manzanos brotan unos 15 días antes que la viña y para nosotros este es un indicador de cuando hemos de llevar a cabo la poda puesto que nos interesa retardar al máximo el nacimiento de los brotes para evitar las consecuencias de las heladas de primavera, propias de la zona. Así que intentamos podar lo más tarde posible”, explica Isaac.
La poda, que llevan a cabo durante el mes de abril para que la planta crezca más tarde, han de hacerla bien abrigados, con anorak. Es entonces cuando la savia “llora” y se congela. Asimismo, para combatir las tormentas de verano, a menudo acompañadas de granizo, han tenido que realizar una fuerte inversión en redes metálicas que les sirven además como protector térmico y para evitar los ataques de los pájaros a los que les encanta esa dulce fruta y más en una época del año en la que ya empieza a escasear el alimento.
Unos vinos muy singulares
Isaac Rigau nos comenta que durante la edad media ya se hacía vino en la Cerdanya y que ahora, con LLIVINS, se ha recuperado la viticultura en la comarca como arte agrícola tradicional. Las joyas del proyecto son sus vinos DNeu y DGel, ambos con el distintivo de Vinos Veganos y de Viticultura Ecológica. “Nuestros dos vinos tienen certificación ecológica y también vegana. Para obtenerlos, en las viñas aplicamos sistemas de permacultura. Así, por ejemplo, para evitar que crezca la hierba en la zona situada entre las cepas, ponemos paja de los campos. De este modo, el sol no les llega y estas hierbas que no interesa que salgan, no aparecen. Entre las líneas de cepas hemos previsto plantar flores alpinas que también evitarán que salgan las hierbas que no interesan y, para luchar contra el pulgón, compramos cada año mariquitas.”
Las joyas del proyecto son sus vinos DNeu y DGel, ambos con el distintivo de Vinos Veganos y de Viticultura Ecológica.
“En cuanto a la vendimia en altura, la hacemos manualmente, hacia el mes de noviembre, es decir, mucho más tarde que en el llano (siete u ocho semanas más tarde que en el Penedés, por ejemplo), y se lleva a cabo con temperaturas muy bajas – de hecho, para hacerla, ¡utilizamos guantes de abrigo y anorak! Con el frío, la planta ya ha perdido las hojas y ha buscado el agua que necesita directamente de la fruta que entonces gana en azúcar y acidez.” La uva se recoge, se procesa y se prensa muy rápidamente. De manera que, en un solo día la uva pasa de la vid a la fermentación.

Todo ello hace que los vinos de Llivins sean muy especiales y singulares. “Para hacer el vino DGel necesitamos una noche con temperaturas de 5-6 grados bajo cero para que la parte externa de la uva quede congelada y así poder aprovechar el máximo dulzor de la fruta. Esto implica una vendimia nocturna, con linternas y ¡mucho mucho frío! De no presentarse una noche con estas condiciones en el momento adecuado, ¡ese año no habrá producción de vino DGel!”
“Para hacer el vino DGel necesitamos una noche con temperaturas de 5-6 grados bajo cero para que la parte externa de la uva quede congelada y así poder aprovechar el máximo dulzor de la fruta. Esto implica una vendimia nocturna, con linternas y ¡mucho mucho frío! De no presentarse una noche con estas condiciones en el momento adecuado, ¡ese año no habrá producción de vino DGel!”

Este es un ejemplo del esfuerzo y los condicionantes implicados en la elaboración de vinos a esta altitud, un hecho que hay que saber valorar, además de la calidad del producto final.
Quien desee degustar los vinos de LLIVINS, productos de proximidad, éticos y comprometidos con el entorno, puede hacerlo en la tienda online de Vilaviniteca o bien directamente en la propia bodega, así como en algunos establecimientos especializados de la Cerdanya. Podrá encontrar el DNEU, un vino blanco 100% Sauvignon Blanc, y el DGel, un vino dulce natural.
¡Una experiencia exclusiva para el paladar!
Les etiquetas de las botellas de los vinos reproducen la línea de las montañas que pueden verse desde la viña: el Puigmal, el Puigmal del Segre…
Llivins
Viticultura de altura y de montaña
Camí d’en Calvera, s/n
17527 Llivia
La Cerdanya (Girona)
+34 696 81 27 62
info@llivins.cat
Personas de contacto: Anna Baqués e Isaac Rigau, enólogos