Productores de manzanas ecológicas de montaña y propietarios de los alojamientos de turismo rural de la Era d’en Bella
Desde el ámbito familiar, en Cal Felipó se gestiona y desarrolla, por una parte, la actividad agrícola con el cultivo de la manzana de montaña y por otra, el alojamiento rural en la Era d’en Bella. Ambas actividades, centradas en el Valle de Lord, en Sant Llorenç de Morunys (situado a 925 m de altitud), son complementarias y parten de un mismo fundamento: compartir el amor y el respeto que sus impulsores sienten por la tierra y el entorno.”Somos personas a quienes nos gusta y emociona lo que hacemos, y estamos muy ilusionados con ello -nos explican Imma y David. Al estar plenamente convencidos, cualquier pequeña contrariedad que pueda surgir queda superada por nuestra determinación. Nacimos en el Valle de Lord y por este motivo sentimos todavía más nuestro el proyecto. Poder desarrollar aquí nuestra iniciativa es todo un privilegio y, al mismo tiempo, un deber hacia nuestro pueblo.” Los creadores de Cal Felipó se formaron como agricultores en diferentes cursos de la Escuela de Capacitación Agraria, aunque ya estaban familiarizados con las tareas agrícolas por el hecho de haber nacido y crecido en un ambiente rural. Eso sí: a su alrededor no había ni tradición ni experiencia en el cultivo de manzana en zonas de montaña, así que fueron pioneros en Sant Llorenç de Morunys y fueron aprendiendo a base de experiencia. “Para nosotros, producir manzana ecológica no se limita únicamente a la sustitución de tratamientos agroquímicos por productos naturales, sino que es una actitud frente a la vida, de respeto hacia las plantas y la tierra, hacia las personas que la trabajan, que transportan y finalmente que comen nuestra fruta.”
“Para nosotros, producir manzana de montaña ecológica implica una actitud frente a la vida, de respeto hacia las plantas y la tierra, hacia las personas que la trabajan, que transportan y finalmente que comen nuestra fruta.”
10 variedades de manzanas con montañas de sabor
Imma y David explican que algunos de los rasgos más característicos de la manzana de montaña son su textura crujiente, que al morderla parece que “chisporrotea”, y su color mucho más intenso que el de las mismas variedades cultivadas en otras zonas, debido al contraste térmico entre el día y la noche propio de los territorios de montaña. ”Respecto al consumo de agua de nuestros campos de cultivo, este se ve favorecido por la mayor pluviometría propia de la zona, y lo hemos reducido con la instalación de unas sondas en el subsuelo para medir la humedad de las raíces de los árboles lo que nos permite regar con el caudal justo, sin tener que malgastar este preciado recurso (ello, en su conjunto, nos permite consumir 1/8 parte de agua comparado con el llano de Lérida, por ejemplo). Para hacerlo todavía más sostenible, la hierba que cortamos la utilizamos para hacer un acolchado en la línea de árboles y así poder mantener la humedad y espaciar al máximo los riegos.”
En Cal Felipó disponen de 10 variedades distintas de manzanas, algunas de las cuales, como la llamada Pasquina, ya casi había caído en el olvido: “antiguamente se plantaba en los márgenes y la hemos querido recuperar a pesar de su escaso valor comercial.” Por otra parte, las variedades con más cualidades organolépticas y que cultivan mayoritariamente son la “Groga”, con la denominada Opal, la “Roja”, entre las que se incluyen las variedades Crimson, Mandy, Dalinette y Ladina, y finalmente la variedad “Bruna”, con la manzana Renoir. Las manzanas que producen se pueden encontrar en Cal Felipó en tiempo de cosecha y, además, se comercializan a través de la cooperativa Biolord en pequeños comercios de diferentes lugares de Cataluña. Cada sábado, durante el otoño y el invierno y hasta agotar las existencias, Biolord también está presente en el mercado Slow Food de las “Tres Xemeneies” de la ciudad de Barcelona.
Se trata de manzanas con el sello CCPAE (Consejo Catalán de la Producción Agraria Ecológica), una certificación que garantiza al consumidor que, para producirlas, no se han utilizado productos agroquímicos. “Nosotros no nos conformamos con substituir tratamientos agroquímicos por otros autorizados por el CCPAE; queremos evitarlos al máximo y, por este motivo, ponemos barreras físicas como las mallas protectoras para impedir la entrada de plagas como la carpocapsa (un tipo de mariposa que ataca la fruta), o plantamos árboles resistentes al moteado producido por hongos.” También instalan trampas con feromonas y hoteles de insectos para favorecer la creación de fauna auxiliar como la mariquita o los sírfidos, que ayudan a combatir distintos tipos de plagas.
Al tratarse de explotaciones de poca extensión y mucho control, las cosechas pueden llevarse a cabo en el momento justo de maduración de la fruta. Dado que en la montaña la fruta aguanta más en el árbol que en el llano, se dispone de unas ventanas de cosecha más amplias y se puede esperar mejor el momento óptimo de maduración de cada variedad.
Impulsores y miembros de la cooperativa Biolord
Los miembros de Cal Felipó son impulsores y miembros de la cooperativa rural Biolord, una iniciativa de economía social y solidaria creada en el año 2012 en Sant Llorenç de Morunys y dedicada a la producción de la Manzana de Montaña que lleva dicho nombre (cultivada como mínimo a partir de los 700 metros de altitud y con certificación ecológica) y a la dinamización del territorio y de la actividad agraria a través de este cultivo (disponen de un banco de tierras). Integran la cooperativa una quincena de miembros. “Estamos convencidos de que si cooperamos, avanzamos y, por el contrario, si competimos, nos destruimos. Creemos que es un camino que hemos de recorrer juntos, y no los unos en detrimento de los otros. Supone una manera de entender la vida rural y el territorio, que hay que encarar hacia una economía local sostenible, social y solidaria.”
“La cooperativa rural Biolord supone una manera de entender la vida campesina y el territorio, que hay que encarar hacia una economía local sostenible, social y solidaria.”
En este sentido, todos los productores asociados a Biolord comparten un mismo técnico que emite informes abiertos sobre las distintas explotaciones, de manera que los unos pueden aprovechar la información de los otros. Además, en Biolord se trabaja conjuntamente con otras entidades vinculadas a la economía social y cooperativa como Riuverd, empresa agrícola y agroalimentaria de inserción, o Arada, cooperativa que trabaja para la promoción de territorios rurales y la dinamización comunitaria. Sobre el modelo que se defiende desde la cooperativa, Imma y David dicen que “Biolord es una cooperativa muy pequeña que, además del esfuerzo diario para conseguir la viabilidad económica de su actividad, aspira también a incidir en el territorio, y por ello cree absolutamente primordial colaborar y cooperar con otras entidades arraigadas a él, como Riuverd (para poder generar oportunidades de trabajo para jóvenes con dificultades de inserción laboral) o Arada (que quiere poner en valor y dignificar la vida campesina).
Consumo crítico y responsable
Hablamos con ellos del futuro del sector primario en nuestro país: “hasta ahora se ha impuesto la agricultura industrial, que ha priorizado en todo momento un producto rentable a un producto saludable, pero gracias a un consumo cada vez más crítico y responsable, creemos que la pequeña agricultura, respetuosa con el medio, sostenible y que busca de nuevo la autenticidad en todo lo que hace, se hará un lugar en el mercado. En nuestro caso, aunque no sucede de una manera general, creemos que cada día hay mucha más consciencia y sensibilización hacia el trabajo y la pasión vinculados a un producto como es el nuestro. Es cierto que, por nuestra parte, hemos de saber transmitirlo y no apartarnos de nuestro camino: el de poner cada día el corazón en todo lo que hacemos.”
“Gracias a un consumo cada vez más crítico y responsable, creemos que la pequeña agricultura, respetuosa con el medio, sostenible y que busca de nuevo la autenticidad en todo lo que hace, se hará un lugar en el mercado.”
La Era d’en Bella: turismo comprometido con el entorno
La pasión de la familia de Cal Felipó por las manzanas se traslada a la Era d’en Bella, la antigua casa familiar ahora convertida en establecimiento de turismo rural ubicado en la misma finca de 1,5 hectáreas donde se cultivan las manzanas. “Nuestro objetivo, además de garantizar una estancia absolutamente satisfactoria en nuestros alojamientos – El Cirerer, El Graner y El Rebost – que dotamos de la máxima comodidad y confort, es el de hacer vivir a nuestros clientes nuestra pasión. Queremos compartir un estilo de vida encaminado a mejorar cada día todo aquello que nos rodea. Por eso ofrecemos, por ejemplo, visitas guiadas para conocer la producción de manzana, catas en época de cosecha y otras actividades que puedan estar relacionadas.”
“Queremos compartir un estilo de vida encaminado a mejorar cada día todo aquello que nos rodea.”
La Era d’en Bella cuenta con todas las comodidades, pero al mismo tiempo se han respetado muchos elementos originales de la casa, como por ejemplo la “fogaina”, un lugar para hacer fuego en el exterior donde, en un gran perol, se cocinaba la comida que antiguamente se le daba a los cerdos (nos explican que, para el fuego, se aprovechaban pequeñas ramas de pino que se iban a cortar al bosque, se les daban a los conejos que las dejaban bien peladas y, finalmente, se dejaban secar).
Preocupados por la sostenibilidad, el sistema de calefacción y agua caliente de todos los alojamientos es a base de energía renovable procedente de geotermia (con tres pozos de 90 m de profundidad cada uno), la piscina es de electrólisis salina, los aislamiento utilizados en la construcción del último alojamiento – el Cirerer – han sido realizados utilizando celulosa y corcho, y el agua de lluvia recogida del tejado es conducida a un depósito para su posterior uso agrícola. “Desde el establecimiento promovemos un tipo de turismo comprometido con el entorno. En el Valle de Lord tenemos una joya que es la naturaleza y el paisaje que nos rodea, así como su valioso patrimonio histórico y cultural. Amamos el valle y queremos despertar este sentimiento en todo aquel que venga a nuestra casa. Nos gustaría que estos vínculos que vamos creando con nuestros clientes, favorecidos por inquietudes compartidas, se consoliden en lazos de amistad sinceros que nos ayuden a todos a crecer como personas.”
“Amamos el Valle de Lord, la naturaleza y el paisaje que nos rodea, así como también su valioso patrimonio histórico y cultural, y queremos despertar este sentimiento en todo aquél que venga a nuestra casa.”
Cal Felipó
Productores de manzanas ecológicas de montaña y propietarios de los alojamientos de turismo rural de la Era d’en Bella.
Era d’en Bella, 4
25282 Sant Llorenç de Morunys
Vall de Lord, Lleida
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Persona responsable: Imma Bajona y David Vilalta