La calidad de la leche como esencia
Carme y Jeroni dicen que esta empresa familiar del Alt Urgell, además de ser un proyecto innovador y con muchas posibilidades de crecimiento, engloba muchas otras sinergias: alimenta al sector agrícola y ganadero, crea puestos de trabajo, genera producto de proximidad… Para ellos se trata de un proyecto estimulante y gratificante: afirman que les pasan las horas volando. Al mismo tiempo, sin embargo, se muestran muy críticos con las administraciones y el sector, porque consideran que hay un exceso de trabas burocráticas e inercias que impiden que proyectos como el suyo puedan crecer.
Organizan visitas en las que puede verse todo lo que hacen: desde el cuidado de las ovejas hasta la elaboración de los quesos y, por supuesto, ofrecen una cata de los productos, que pueden comprarse allí mismo.

Partiendo de la premisa que la esencia de sus productos es la calidad de la leche, elaboran el tradicional queso Serrat, obtenido a partir de leche cruda y una maduración mínima de dos meses, uno de los quesos más representativos de Cataluña, el que hacían los pastores para su subsistencia con el excedente de leche del rebaño. Pero también hacen yogures, mató, recuit y queso fresco.
Un proyecto que quiere ser innovador y crear sinergias en el territorio
¿Quiénes sois los impulsores de Cal Majuba? ¿A qué os dedicabais antes de iniciar este proyecto?
Los impulsores de Cal Majuba somos Carme –que es la calma– y Jeroni –yo soy un poco culo de mal asiento–, pero después está toda la familia que nos ha dado su apoyo. Para sacarlo adelante, no hemos dejado nuestros trabajos: Carme sobre todo da soporte en ferias y mercados (aunque cada vez menos, ya que no suelen ser rentables) y yo continúo con mi trabajo de ingeniero al 50%.
Cuando les preguntamos por qué se decidieron a dar el paso, Jeroni contesta “¿Y por qué no?”
¿Por qué os acercasteis a esta zona y cómo os decidisteis a dar el paso?
Ambos somos hijos de esta zona de montaña y, respondiendo al porqué de la decisión de emprender el proyecto, a mí me gusta contestar: “¿Y por qué no?” Las instalaciones donde tenemos la quesería son de nuestra propiedad, y desde hace unos meses estamos intentando poder construir la granja al lado de la quesería. Sin embargo, no estamos recibiendo ningún tipo de apoyo; al contrario, todo son trabas, tanto administrativas como burocráticas o económicas… Realmente las administraciones se llenan la boca del soporte al territorio, pero a la hora de la verdad son bastante incompetentes. Esperamos que con todo lo que está pasando últimamente se empiece a ampliar la visión de todo esto y a valorar mucho más al sector primario.
En cuanto a nuestra situación actual, en las instalaciones de Adrall tenemos muchos problemas de acceso, tanto para la comida como para retirar los animales muertos. Además, como la granja tiene más de 30 años, no reúne las condiciones para un rebaño de ovino, algo que sí que reuniría la nueva construcción que estamos intentando llevar adelante.
¿Cómo afecta a vuestro día a día el hecho de desarrollar la actividad en un territorio de montaña?
En realidad, nuestro día a día no es demasiado complicado porque la granja la tenemos en Adrall, a unos 10 km de La Seu, y la quesería se encuentra en La Seu d’Urgell. Aunque estemos en la montaña tenemos unos accesos más que aceptables y, en cuanto a la movilidad, no nos afecta; nos afecta a la hora de trasladar la leche, pero no es un factor crítico.

¿Ya conocíais el mundo de la ganadería y de la fabricación de productos lácteos?
No teníamos experiencia alguna en la gestión de un rebaño. El proyecto lo iniciamos junto a Rafa, que nos dio unas nociones importantísimas acerca de cómo gestionar un rebaño de ovejas de leche, ya que en Cataluña no hay una tradición de producción lechera de ovino y es muy difícil encontrar a gente formada.
Si finalmente las trabas burocráticas no les impiden ampliar la granja, podrían convertirse en una explotación de referencia
En vuestra web explicáis que las tareas mecanizadas facilitan la igualdad de género en un sector que ha sido tradicionalmente masculino. Al mismo tiempo, ponéis énfasis en el hecho de que tenéis menos de 40 años. ¿Por qué, para vosotros, estos factores son un valor añadido?
En realidad, para el día a día, no es importante ser hombre o mujer ya que el esfuerzo físico es casi inexistente. En el caso de que nos dejaran hacer la granja, se mecanizaría todo mucho más; entonces ganaríamos mucho en eficiencia, y creo que seríamos una explotación de referencia.
Estamos trabajando en la mecanización de la distribución de alimento con una máquina autoguiada (¡esperamos encontrar finalmente el apoyo necesario!). El hecho de tener menos de 40 años debería ser un factor que tendría que beneficiarnos, pero la realidad es otra. Creo que el sector agrícola y ganadero debe dar de una vez un golpe bien fuerte en la mesa y recuperar valor…
¿Dais, pues, mucha importancia a la innovación?
En Cataluña un proyecto como el nuestro, en el que una granja de producción lechera de ovino vende una parte de su producción, no es habitual. Además, si finalmente nuestro proyecto puede crecer y evolucionar, queremos mecanizar el hecho de alimentar a las ovejas y crearles más confort, tener un alojamiento rural, sala de catas… A partir de este punto, el límite es el que nos pongamos nosotros mismos.
A día de hoy, no hemos monitorizado porque, en la granja, no disponemos de acceso a Internet. Pero monitorizar significaría hacer lecturas de la leche cada cinco minutos, de la temperatura de los tanques, innovar con placas fotovoltaicas… Existe todo un proyecto detrás.
¿Estas propuestas tienen que ver con tu formación de “teleco”?
Sí, por supuesto, a pesar de que no estoy solo al frente de Cal Majuba: somos Ramon, Alfons y yo. Mi trabajo es organizativo y de gestión contable, financiera, de crear valor añadido y, obviamente, trabajar en la eficiencia en cualquiera de sus vertientes.
¿Tiene todo esto algo que ver con tu formación como ‘teleco’?
Sí, por supuesto, al final no estoy solo al frente de Cal Majuba: somos Ramon, Alfonso y yo. Mi trabajo es organizativo y de gestión contable, financiera, crear valor añadido y obviamente trabajar en la eficiencia en cualquiera de sus vertientes.
Cal Majuba pertenece a la asociación Assaf-e, que vela por la mejora genética de la raza ovina. ¿Por qué es tan importante, este factor?
Este punto es muy interesante porque, en Cataluña, se conoce todo lo referente a la producción lechera de vaca y se ha trabajado muchísimo con la raza frisona. Ahora, con el ovino, se quiere intentar trabajar, en primer lugar, para incrementar la producción lechera; después, en morfología mamaria, y, en última instancia, en la morfología general. Hemos de tener en cuenta que las hembras de la raza Assaf-e pesan 65-75 kg y que la producción por período de lactación (que comprende desde la fecha del parto hasta unos seis meses más tarde) es de 500-600 kg de leche.
Sin tener una formación en cuanto a la elaboración de quesos, fueron encontrando su propio camino aprendiendo “un poco de aquí y otro poco de allá”
¿Cómo decidisteis qué productos elaboraríais? ¿Cuál es su esencia?
Francamente, no nos formamos excesivamente en la elaboración de quesos ni de frescos; lo que hicimos fue preguntar a diversos fabricantes de queso a quienes servíamos la leche, y como se suele decir, un poco de aquí y otro poco de allá, fuimos encontrando nuestro propio camino. Actualmente hemos cambiado algunos procesos de elaboración y tenemos unos quesos madurados más potentes.
Vuestros productos obtuvieron premios en 2016 (el queso fresco), en 2017 (el recuit) y en 2018 (el yogur). ¿Cómo se “piensa” un producto para que, dos o tres años después de poner en marcha la empresa, sea premiado? ¿Cómo afecta a la empresa?
Prácticamente hemos recibido un premio por año… Yo creo que la esencia es la leche: si la leche es de calidad, todo es mucho más fácil. Pero no notamos más ventas por el hecho de conseguir premios. Últimamente estamos trabajando en un proyecto de apadrinamiento y haciendo cestas de productos para conseguir llegar a más gente y no depender de intermediarios en la medida de lo posible.
Aparte de elaborar vuestros productos lácteos, también abastecéis de leche a otros productores.
Abastecemos a tres queserías y actualmente vendemos aproximadamente un 40% de la leche. Con la nueva granja incrementaríamos la cifra de ovejas en unas 50-60, lo que representaría aumentar la producción y abastecer a queserías artesanales de la zona de Berga, Andorra y Mollerussa.
¿Cuáles son vuestros proyectos de futuro?
Nuestro proyecto de futuro es construir la granja al lado de la quesería, instalar la quesería en la nueva nave y hacer unos alojamientos rurales; pero insisto en que nos lo están poniendo muy difícil.
¿Cómo distribuís los productos? ¿Dónde se pueden conseguir?
En el Alt Urgell y la Cerdanya los distribuimos nosotros mismos, en el resto del territorio lo hacemos utilizando empresas de logística. Es un tema que debemos trabajar porque creo que el futuro va en ese sentido.
Cal Majuba
Quesería artesanal y rebaño propio
Camí Estaho, 4
25700 la Seu d’Urgell (Lleida)
Cal Majuba s/n
25718 Alàs (Lleida)
+34 622 21 80 42
https://calmajuba-formatgeria.business.site
calmajuba@gmail.com
Persona de contacto: Jeroni Majoral