Quién es
Cristina Pallàs es la responsable de Bruma Ceramics. Estudió diseño gráfico y ejerció su profesión en un despacho que trabajaba para grandes multinacionales. En el verano de 2018, en Tenerife, descubrió que mantenía una estrecha relación con la bruma, eso le hizo conectar con su esencia y le condujo a replantearse su vida. Decidió entonces dejar su trabajo como diseñadora gráfica y empezó a formarse como ceramista con la maestra Corrie Bain, en la Corrie Bain Ceramics School del Poblenou, en Barcelona. Ya de muy pequeña Cristina sentía una gran atracción por la cerámica y el arte, quizás heredada de su bisabuelo, el escultor Josep Viladomat. Cristina considera que este arte es su meditación personal, un conjunto de procesos artesanales y creativos que le aportan paz, tranquilidad y sensación de libertad.
Qué hace
Con Bruma Ceramics, Cristina Pallàs tiene como objetivo elaborar con esmero y conciencia piezas cerámicas de manera artesanal. Con la influencia del arte japonés y el gusto por la belleza que se encuentra en la imperfección, dispone de momento de una única colección, Freckles, constituida por piezas destinadas a formar parte de la vajilla, como platos, vasos, tazas y boles. La mayoría de estas creaciones las hace en el torno, un elemento que Cristina, a veces, combina con la técnica del modelado. Así pues, se trata de piezas únicas, hechas con un barro que presenta unos pequeños puntos (óxido de hierro) similares a las pecas (de ahí el nombre de la colección) y están pensadas para que pasen de generación en generación para generar menos residuos y dejar una mínima huella de carbono.
Bruma Ceramics cuenta también con otros tipos de piezas tanto para la mesa (bandejas, fruteros…) como de decoración (jarrones, centros de mesa, platitos para joyas…). Cristina tiene previsto crear nuevas colecciones y en su taller situado en Puigcerdà imparte cursos, talleres, workshops, clases de cerámica para grupos privados…
El entorno
Puigcerdà es una localidad con un interesante patrimonio arquitectónico, como el campanario de Santa María, del siglo XII. Destaca asimismo el antiguo convento de clausura de la ciudad que alberga hoy día el Museu Cerdà y que muestra la vida de las familias ceretanas de los siglos XIX y XX a través de su exposición permanente “La casa ceretana”. El estanque con los jardines del Parque Shierbeck es otro de los atractivos de la localidad. El entorno natural es de gran interés en cualquier época del año, con un amplio abanico de rutas senderistas y de BTT de gran belleza, y la posibilidad de practicar todo tipo de deportes de invierno (esquí nórdico, alpino, de montaña, raquetas…). Además, la comarca de la Cerdanya se caracteriza por la excelencia de su oferta gastronómica y de alojamientos y la proximidad del Parque Natural del Cadí-Moixeró.