El tributo 100 % artesano a quienes valoran el origen, la esencia y el aroma del café
El café forma parte de nuestra cultura. Son muchas las personas que lo degustan nada más empezar el día, pero también a cualquier hora. Lo hacen solas, en compañía… y su aroma, gusto e intensidad les acompaña en momentos que se convierten en especiales. Pero el origen de este producto estimulante se halla a gran distancia de Europa.
Cuentan que Barichara es el pueblo más bonito de Colombia. Lo es, con toda seguridad, para dos hermanas, Helena Mejía Carvajal y Ana Mejía Carvajal, nacidas en la localidad. Procedentes de una familia humilde, ambas han dado a luz un sueño: vivir de los frutos de las plantas del café cultivado en sus tierras, a 1.650 metros de altura, y revivir, con el olor del producto, una infancia anclada a ese territorio.
Del cultivo y la cosecha en sus tierras de forma totalmente artesanal y siguiendo criterios de respeto al medio ambiente han empezado a obtener, hace unos meses, los primeros granos de un café único y de gran calidad, que ahora desean compartir con quienes saben apreciar su esencia.

Cultivando un sueño
La empresa familiar fundada por Helena y Ana nace de su inspiración, valentía y esfuerzo, en un proyecto con un fuerte carácter femenino con el que, también, quieren invitar a otras mujeres a empoderarse. Y es que, en su razón de ser, se halla el transmitir que si otras mujeres quieren, también pueden llevar a cabo sus proyectos, como han hecho las dos hermanas.
Ambas habían soñado desde siempre con poder crear su propio café artesanal colombiano y darlo a conocer al mundo. Con este espíritu, Ana, desde su finca en Barichara, se encarga de dar alas a la ilusión compartida, cultivando y cosechando de manera 100 % artesanal el café de Café Sagrado, de altísima calidad.
Por su parte, Helena decidió hace más de 20 años emigrar a España con su marido y sus tres hijos. Para ella, el café se ha convertido en el ingrediente perfecto para conectar nuevamente con su origen, su familia y su esencia. Ella es quien se encarga de dar a conocer Café Sagrado fuera de Colombia.
Ellas son el alma de un proyecto en forma de grano, aroma exquisito y sabor inigualable; de una filosofía que quieren ofrecer al resto del mundo, en sorbos de vida que precisan de un momento de dedicación y disfrute.
Helena y Ana Mejía Carvajal han dado a luz un sueño: vivir de los frutos de las plantas del café cultivado en sus tierras, en Colombia, a 1.650 metros de altura, y revivir, con el olor del producto, una infancia anclada a la zona.

Un tributo a quienes trabajan la tierra
Café Sagrado es, para sus creadoras, un tributo a quienes trabajan la tierra y a las mujeres emprendedoras que luchan por conseguir sus sueños. Como su nombre indica, también simboliza la necesidad de tomarse un respiro de vez en cuando, en un mundo que avanza a toda velocidad. Café Sagrado es una invitación a hacer una pausa y saborear les pequeños placeres de la vida, en un ritual lleno de sabor.
Convencidas de que un buen café artesano bien merece un momento especial, Ana y Helena cuentan que su café insignia, el Especial “Colombia”, es un café lavado, secado naturalmente y sin fermentación, lo cual aporta matices y sabores frutales muy característicos. El proceso de trillado lo realizan caficultores de la región, que seleccionan con sus propias manos, uno a uno, los mejores granos de la cosecha. Luego se lleva a cabo un tueste medio —siempre en pequeñas cantidades para garantizar la frescura del grano—, que permite conservar y refinar aquellas notas de sabor presentes en cada taza y que hacen de Sagrado un café único. Se envasa en material totalmente reciclado y compostable a un 75 %, manteniendo su aroma y protegiendo el entorno.

Café Sagrado está avalado por la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia con el sello de denominación de origen protegida, y cumple con los estándares de sostenibilidad medioambiental y comercio justo establecidos por la Rain Forest Alliance.
Café Sagrado es, para sus creadoras, un tributo a la tierra, a quienes la trabajan y cultivan, a quienes valoran la calidad y el origen… y a las mujeres emprendedoras que luchan por conseguir sus sueños.
Hablamos con Helena para saber más sobre su iniciativa
¿Cómo os definiríais como personas? ¿Y como emprendedoras?
Somos mujeres fuertes que no tenemos miedo a hacer cosas nuevas y a reinventarnos las veces que haga falta. Estamos abiertas a aprender y a sacar lo mejor de nosotras mismas. Como emprendedoras, además, ambas tenemos claro que queremos hacer las cosas bien, ofreciendo solamente lo mejor y respetando y valorando el trabajo de los demás, sin pasar por encima de nadie.
¿Qué caracteriza la personalidad de cada una de vosotras y cómo os complementáis?
Yo soy una persona muy entregada, y siempre intento dar el 100 % de mí misma para que todo salga perfecto. Y Ana es una luchadora, una mujer que tiene que enfrentar una discapacidad física desde que era muy pequeña (perdió un brazo en un accidente) y que nunca ha dejado que eso fuese una limitación para ella; siempre se ha asegurado de poder hacer todo lo que las demás hacíamos, e incluso mejor. Creo que mi pasión y entrega, sumados a su compromiso y trabajo duro son una combinación fantástica: ambas sabemos que cuando a una nos fallen las fuerzas la otra estará para darlo todo y mantener nuestro proyecto vivo. Y no sentirte sola da una tranquilidad muy necesaria para sacar un proyecto adelante.

¿Y cómo describiríais vuestro proyecto con esencia?
Café Sagrado es nuestro tributo a la tierra, a quienes la cultivan y a los que valoran la calidad y el origen. En Café Sagrado, estamos convencidas de que el buen café requiere de una pausa para disfrutarlo y para conectar con nuestro entorno y con nosotros mismos.
La pasión y entrega de Helena, sumados al compromiso y trabajo duro de Ana son una combinación fantástica: “ambas sabemos que cuando a una nos fallen las fuerzas la otra estará para darlo todo y mantener nuestro proyecto vivo.”
¿Cómo fue vuestra infancia en Barichara? ¿Y la relación de vuestra familia y de vuestro entorno con el café?
Nuestra infancia fue bastante humilde. Nos quedamos huérfanas de padre cuando éramos muy pequeñas y nuestra madre, una mujer fuerte y luchadora, sacó adelante, sola, a ocho hijos. Tuvimos que marcharnos a la ciudad por trabajo cuando yo tenía siete años y Ana quince; sin embargo, tengo recuerdos muy especiales con mis hermanos en Barichara.
En cuanto a nuestra relación con el café, nosotras no teníamos finca cafetera en nuestra niñez, pero el café siempre ha estado presente en casa, ha sido un lazo de unión. En Colombia el café se consume en todos los hogares y, al prepararse muy suave, los niños lo toman desde muy jóvenes.
¿Qué ha supuesto, para vosotras, crecer en ese entorno? ¿Cómo os ha marcado la relación con la naturaleza?
Para nosotras haber crecido en un entorno rural y sin lujos es la clave para, ahora, como adultas, sentirnos libres de emprender esta iniciativa familiar y valorar los frutos de nuestra tierra. Siempre hemos soñado con vivir de esta tierra y poder mostrarla al mundo y Café Sagrado es la forma perfecta para rendirle ese homenaje.
¿Qué representa, para vosotras, el café?
El café, para nosotras, siempre ha sido un producto muy especial. No solo es el orgullo de nuestra tierra, sino también un vínculo con nuestra niñez, una excusa para reencontrarnos con personas especiales y conectar con las raíces.
“Para nosotras haber crecido en un entorno rural y sin lujos es la clave para, ahora, como adultas, sentirnos libres de emprender esta iniciativa familiar, valorar los frutos de nuestra tierra y poder mostrarla al mundo. Café Sagrado es la forma perfecta para rendirle ese homenaje.”
¿La finca de La Laguna es familiar? En caso contrario, ¿cuándo la adquiristeis?
Ana adquirió la finca hace ya más de 20 años, porque siempre había soñado con volver a la tierra donde nacimos.

¿Por qué fundasteis Café Sagrado y cuándo? ¿Y por qué decidisteis emprender el proyecto en ese momento?
En mi caso, desde que me vine a España, traer parte de mis raíces a mi nuevo hogar era una idea que me rondaba la cabeza. Y como el café de Ana es lo que más cerca me hacía sentir de casa, tenía claro que no había nada mejor, para lograr ese propósito, que darlo a conocer en Europa. Pero hasta hace dos años no conseguimos dar este paso: Ana vendía su café a precios muy bajos para que otra gente lo exportara, pero ni le pagaban lo que considerábamos justo, ni ella se sentía con la libertad de sacar el producto que realmente deseaba. Así que se dedicó a cuidar el terreno y prepararlo todo para poder sacar adelante un café artesano de buena calidad, respetuoso con el medio ambiente y con el precio que el producto merece.
¿Cómo surgió la idea de dar al proyecto ese nombre tan sugerente?
Para nosotras el café siempre ha sido algo más que una bebida. Es hogar, la gente a la que queremos y los buenos momentos compartidos con ellos delante de una taza de café. Eso es Sagrado para nosotras. Y es lo que nos gustaría que se viviera con nuestro café: que la gente cree su propio momento Sagrado y, cuando huela nuestro café recién hecho, sea precisamente eso lo que le venga a la cabeza.
“Ana se dedicó a cuidar el terreno y prepararlo todo para poder sacar adelante un café artesano de buena calidad, respetuoso con el medio ambiente y con el precio que el producto merece.”
El vuestro es un proyecto familiar y de empoderamiento femenino. ¿Qué queréis transmitir a otras mujeres?
Nos gustaría transmitir que no creemos en ponernos límites. Tanto Ana como yo somos mujeres de origen humilde, que nos hemos enfrentado a grandes retos en la vida (ella, con su discapacidad, y yo, migrando a otro continente con mi marido y mis tres hijos sin saber muy bien qué nos deparaba el futuro), y eso nunca nos ha amedrentado. Queremos seguir apostando por nosotras, pese a ya no ser tan jóvenes o no disponer de tanto presupuesto: sabemos que nuestro proyecto es bueno y que somos las personas perfectas para sacarlo adelante, porque es nuestro sueño y nadie va a luchar por esto más que nosotras.
También reivindicáis el papel de todas aquellas personas que trabajan la tierra y la necesidad de buscar momentos para disfrutar de las pequeñas cosas. ¿Qué otros valores asociáis a vuestro café?
Sagrado es un proyecto que defiende la calidad para disfrutar de la vida: la calidad del producto, pero también la calidad del momento que dedicamos a disfrutarlo. Creemos que toda persona merece un respiro, poder parar un segundo para poder valorar las cosas que le rodean y disfrutarlas como es preciso. No nos gusta pensar que vivimos con el piloto automático. Queremos ser conscientes de lo que vivimos, de lo que consumimos y de cómo nuestro consumo repercute en la Tierra; por eso también estamos muy comprometidas con hacer de este proyecto una empresa responsable con el medio ambiente.
“No creemos en ponernos límites y sabemos que nuestro proyecto —que defiende la calidad para disfrutar de la vida— es bueno. Es nuestro sueño y nadie va a luchar por esto más que nosotras.”
¿Cuántas personas trabajan en Café Sagrado?
Quienes nos dedicamos en exclusiva a Café Sagrado solamente estamos Ana y yo. Pero la verdad es que somos muy afortunadas al tener una familia que, pese a tener sus trabajos y proyectos personales, dedican mucho esfuerzo y amor a esta empresa: en Colombia, además de Ana, Celina (otra de mis hermanas) y su pareja se encargan de los temas legales, mi sobrino Jaime nos ayuda con temas de marketing y una gran amiga, Clara, nos da soporte en todo lo que necesitamos; aquí en Europa, mis tres hijos están ayudándome a darnos a conocer y a crecer como empresa, abriendo nuevos campos de trabajo y encontrando formas de mejorar. Además, tenemos la ayuda de una gran comunicadora que nos da soporte en el tema de las redes sociales y Ana cuenta con empleados que la ayudan en la finca, variables dependiendo de la época del año.
Todo el proceso de obtención de vuestro café es 100 % artesanal. ¿Qué lo distingue de otros cafés?
Precisamente eso, el hecho de trabajar manualmente nos permite seleccionar de forma individual cada uno de los granos, justo en el momento en el que creemos que está en su punto ideal de maduración. De la misma manera, tras el secado y el tostado evaluamos individualmente los granos para asegurarnos de que solo ofrecemos el mejor producto a quien decida vivir su experiencia Sagrado.
¿Cómo determina la altura —1.650 metros— sus características?
Tanto la altura como, sobre todo, la temperatura a la que se cultiva un café hacen que adquiera su carácter propio. Las condiciones de nuestros granos, a 1.650 metros y a la sombra, hacen que crezcan de forma más lenta, permitiéndoles desarrollar sabores más complejos, un gran aroma y mucho carácter en taza.
“Trabajar manualmente, artesanalmente, nos permite seleccionar de forma individual cada uno de los granos, justo cuando creemos que está en su punto ideal de maduración. Tras el secado y el tostado evaluamos individualmente los granos para asegurarnos de que solo ofrecemos el mejor producto.”
Habéis obtenido vuestra primera cosecha hace unos meses. ¿Qué os ha sorprendido del producto obtenido?
Ana lleva muchos años trabajando el café en sus tierras, así que ya sabemos que tenemos una materia prima de una calidad excepcional, con un aroma y una textura magníficos. Eso sí, nunca lo habíamos utilizado para realizar recetas de cocina… ¡Y ha sido un descubrimiento fantástico lo bien que queda! Jordi Herrera (chef del Manairó, en Barcelona) lo utilizó en varios de sus platos y nos dio la idea de mostrar recetas a nuestros clientes donde café Sagrado sea el protagonista, así que eso estamos haciendo a través de nuestras redes… Y es que un buen café no solo sirve para beber, ¡también te permite preparar comida deliciosa!

¿Qué os han transmitido las personas que han probado vuestro café?
¡El feedback que nos ha llegado ha sido increíble! Estamos súper felices de que todo el amor y el trabajo que hemos puesto en Sagrado se note en la calidad de nuestro café. Sabemos que aún nos quedan detalles que mejorar, porque grandes baristas lo han degustado y nos han dado muy buenos consejos que, sin duda, seguiremos en las próximas cosechas. Pero no hay nada que nos haga más felices como cuando nuestros compatriotas nos dicen que el aroma de nuestro café les transporta a su infancia, a sus raíces… Eso es, sin duda, el mejor piropo que podemos recibir.
Ana vive en Barichara mientras que tú, Helena, resides en España. ¿Cómo se lleva la distancia entre ambas, mientras lleváis adelante conjuntamente el proyecto?
A veces es un poco difícil comunicarnos, ya no tanto por los quilómetros sino por la diferencia horaria y por el hecho de que la cobertura en la finca no es la mejor… Pero sinceramente, creo que lo llevamos bastante bien gracias a la confianza que hay entre nosotras: yo sé que no hay nadie más capacitado ni con más amor por el café que Ana, y ella sabe que yo estoy trabajando muy duro para poder acercarlo a los hogares, manteniendo siempre nuestra esencia y nuestra filosofía.
“Sabemos que tenemos una materia prima de una calidad excepcional, con un aroma y una textura magníficos, ¡ideal incluso para elaborar deliciosos platos! Nuestros compatriotas nos dicen que el aroma de nuestro café les transporta a su infancia, a sus raíces… Eso es, sin duda, el mejor piropo que podemos recibir.”
Actualmente tenéis en mente dar a conocer Café Sagrado en Europa y en todo el mundo y estáis creando una red de contactos con otros pequeños productores para ofrecer, por ejemplo, packs que contengan un paquete de vuestro café junto a una taza elaborada por artesanos. ¿Por qué es tan importante para vosotras visualizar y dar a conocer la labor de otros pequeños productores?
Las pequeñas productoras como nosotras somos gente común, humilde, que tenemos que trabajar muy duro para sacar adelante nuestros sueños. Y cada una le da una esencia diferente a su proyecto que lo hace único, porque lo trabaja con sus propias manos y lo saca adelante con amor e ingenio. Y ese amor por lo que hacemos hace que salgan productos increíbles que el mundo necesita conocer… Y no hay mejor manera de llegar a más hogares que trabajando codo a codo: estar unidas nos hace más grandes, porque nos damos fuerza mutuamente y nos empujamos a mejorar cada día.
“Las pequeñas productoras trabajamos muy duro para sacar adelante nuestros sueños y damos una esencia diferente a nuestro proyecto que lo hace único, porque lo trabajamos con nuestras propias manos y lo sacamos adelante con amor e ingenio.”
La vuestra es una iniciativa joven. ¿Qué planes tenéis para el futuro?
Nos encantaría seguir creciendo y, de hecho, ya estamos trabajando en ello: a corto plazo, estamos trabajando con nuestra siguiente cosecha para hacer su tostado en Europa, ya que cuanto menos tiempo pase entre el tostado y el consumo, mejor se mantienen las propiedades del café. Además, queremos conseguir que nuestras bolsas sean todavía más amigables con el medio ambiente y estamos empezando a trabajar para hacerlas 100 % compostables. Más a largo plazo, nos encantaría ofrecer más variedades de café y que éste sea enteramente orgánico, pero ambos procesos requieren años de trabajo que estamos apenas iniciando. ¡Esperamos conseguirlo pronto!
Café Sagrado
El tributo 100 % artesano a quienes valoran el origen, la esencia y el aroma del café
Tel: + 34 609 78 64 21
www.cafesagrado.com/es
info@cafesagrado.com
Persona de contacto: Helena Mejía Carvajal