El arte de elaborar deliciosas conservas vegetales artesanas
Hace más de treinta años, Susanna y Ramon hicieron una estancia en Inglaterra que les cambiaría la vida. Allí descubrieron un mundo, el relacionado con las confituras y las conservas, que les apasionó y que les llevó, más tarde, a embarcarse en un nuevo proyecto de vida. Aquél fue el embrión de L’aranyonet, un universo de gustos y sabores con carácter propio y toda la esencia de la tierra.
La historia de esta iniciativa tiene sus raíces en la necesidad, en los años ochenta, de reactivar la economía del Alt Berguedà, muy afectada por la crisis de la minería. Fruto de este hecho, se creó, en Cercs, una escuela-taller en la que Susanna y Ramon encontraron la semilla que les conduciría a emprender un nuevo camino y, gracias a ello, a quedarse a vivir en el territorio.
En 1990, ponían en marcha L’aranyonet, en la Pobla de Lillet, un pequeño pueblo de montaña, a casi 850 m de altitud. Su pasión por la naturaleza, sumada al esfuerzo y la ilusión, se transformó en delicadas conservas artesanas que explican quiénes y cómo son.

Transformando los frutos de la tierra
Saben transformar los frutos silvestres y las frutas de cultivo que se producen en la comarca y en territorios de proximidad, en deliciosos productos. Hacen mermeladas de albaricoque, higos, limón, fresa, manzana y tomillo, melocotón, ciruela, naranja amarga, naranja con chocolate y de tomate. Y, con frutos silvestres, las de endrinas, frutos del bosque, frambuesas, moras, arándanos y saúco. También elaboran vinagres aromatizados —vinagre con frambuesas y vinagre con moras—, paté de olivas (con olivas negras de Aragón y con olivas verdes), paté de hongo blanco (Boletus edulis), paté de setas de ostra (Pleurotus ostreatus) y sal de setas (hongo blanco y senderuelas), alioli de membrillo y dulce de membrillo.
L’aranyonet es, desde 1990, un universo de gustos y sabores con carácter propio y toda la esencia de la tierra. La pasión por la naturaleza, sumada al esfuerzo y la ilusión, se transforma en delicadas conservas artesanas.

Seleccionan cuidadosamente la materia prima, de proximidad, y con frecuencia, de cultivo ecológico, y dedican tiempo y esfuerzo en convertirla en delicias para el paladar. En su obrador elaboran artesanalmente sus productos, sin añadirles aditivos, y experimentan, siguiendo los procesos naturales, para conseguir sabores que conecten con el territorio. Su producción es limitada y la venden en su propio obrador así como en establecimientos especializados en productos autóctonos de calidad, en ferias de alimentación artesana que tienen lugar por toda Cataluña —en la Pobla de Lillet y Bagà, Figueras, Bellver de Cerdanya, Barcelona y Vilafranca del Penedés, entre otras—, por teléfono y vía Internet, correo electrónico o Instagram, los productos se pueden enviar hasta casa.
Conectados al territorio
El vínculo de Susanna y Ramon con el territorio es total. Ramon es de la Pobla de Lillet y Susanna nació en Roda de Ter, pero su ascendencia es de la Pobla y de Castellar de n’Hug, donde desde pequeña pasó fines de semana y temporadas. Por este motivo, una de sus prioridades cuando se planteaban cómo querían vivir, ahora hace ya más de treinta años, estaba clara: querían que fuera cerca de la naturaleza, en el Berguedà, al lado de la sierra del Catllaràs, que es donde dicen sentirse a gusto. Y es que, de jóvenes, durante una temporada, probaron vivir en Barcelona, pero lo descartaron enseguida. Su corazón estaba entre montañas.
«Nos gusta mucho caminar, la relación con la naturaleza», dicen. Y la saborean también, a través de todo aquello que elaboran. El nombre del proyecto que representaría su trabajo en el futuro obrador surgió de un paseo. «Los endrinos (aranyoners en catalán, Prunus spinosa) tienen relación con los productos que queríamos hacer y, además, hay un lugar situado entre la Pobla de Lillet y Gombrèn llamado Aranyonet. En uno de nuestros paseos, lo visitamos y vimos que, efectivamente, era un lugar poblado de estos arbustos. ¡Y ya lo tuvimos!¡Encajaba a la perfección!»
Han pasado décadas, desde aquella decisión, pero la esencia sigue intacta. Hoy, L’aranyonet es, para Susanna y Ramon, mucho más que una manera de ganarse la vida: es una manera de entenderla, una filosofía que, hace años, les permitió quedarse a vivir en la Pobla.
Seleccionan cuidadosamente la materia prima, de proximidad, y con frecuencia, de cultivo ecológico, y dedican tiempo y esfuerzo en convertirla en delicias para el paladar de producción limitada.

La calidad (también de vida), el eje esencial
Dicen que son personas inquietas y autónomas, a quienes les gusta hacer las cosas a su manera. Por eso emprendieron y dirigen L’aranyonet ellos solos, aunque hace unos veinte años tuvieron la oportunidad de crecer mucho más. Prefirieron no hacerlo, para mantener la esencia. «Tuvimos la opción de crecer, de hacer cambios… o de mantenernos como estábamos. Y escogimos mantener y priorizar la calidad de vida, en el marco de nuestra filosofía y manera de ser y hacer. ¡Además no nos gusta que nos mande nadie!»
Todo queda pues en casa, y más bien dicho: en los bajos de la vivienda, que anteriormente eran las cuadras para el ganado, hicieron el obrador y la sala de etiquetado (también hay una pequeña tienda), y justo delante tienen el almacén.
Explican que durante todos estos años de trayectoria han tenido que aprender a hacer de todo: «de gestores, de comerciales, de elaboradores… y hemos tenido que ser muy perseverantes». Y es que se encargan de todo lo que es posible. Siempre que pueden, por ejemplo, recogen las materias primas —en el caso de las silvestres— ellos mismos. «Creemos que el artesano es aquél que cultiva sus propios frutos, los transforma y los vende. En nuestro caso, no cultivamos, pero sí que los recogemos. Antes había recolectores de la Pobla de Lillet, de Sant Julià de Cerdanyola…, pero esta profesión se está perdiendo y cuesta encontrar gente joven que quiera hacerse cargo de esta tarea, deshuesar olivas, recoger la fruta…»
Hace unos veinte años tuvieron la oportunidad de crecer mucho más. Prefirieron no hacerlo, para mantener la esencia.
El amor, vivo en cada producto
Dicen que sus productos están hechos con amor, y que eso se nota y los hace especiales. «El amor está siempre presente en todo lo que hacemos. Por ejemplo, está a la hora de escoger las materias primas. En este sentido, nos gusta encontrar materia prima muy buena, de calidad, que sepamos de dónde viene. Nosotros no abaratamos nuestros productos a costa de perder calidad. Nos esforzamos mucho buscando buenos productores. Así, hemos ido a buscar una aceituna negra de Calanda en Aragón, muy madura y que es muy fácil de deshuesar. Y las naranjas amargas con las que elaboramos nuestros productos las compramos a un productor de Alcanar. De hecho, con estas naranjas, nuestra mermelada ganó, en marzo de 2014, la medalla de plata en los The World’s Original Marmalade Awards, que se celebran anualmente en la localidad de Dalemain-Cumbria, en Inglaterra, un lugar en el que estas naranjas son un clásico. Hacemos bien el trabajo, le ponemos muchas ganas y el resultado es un producto muy bueno.»
Nos explican que el agradecimiento que reciben de quienes prueban y consumen todo lo que hacen, les indica que siguen por el buen camino. Su trayectoria les avala, y reconocen que cada vez hay más gente que sabe apreciar el trabajo y la pasión que hay vinculados a productos como los suyos.

Su mercado principal es Cataluña —comarcas del Pirineo, Gerona y Barcelona, y los territorios de la Cataluña central—, participan en un modelo de economía social y solidaria —con un precio justo para los productores de las materias primas de proximidad y un precio justo para los consumidores—, fomentan la sostenibilidad ambiental, y forman parte del Club de Sabores del Berguedà, una asociación formada por productores agroalimentarios y restaurantes de la comarca que trabajan conjuntamente para la promoción de la cocina tradicional y de los productos autóctonos de calidad, contribuyendo a la sostenibilidad y preservación del territorio (disponen de un sello propio que los distingue destacando la voluntad de trabajo de calidad y la vinculación a la zona).

Reconocen que tienen una clientela numerosa porque durante muchos años han asistido a muchas ferias y de ese recorrido han ido surgiendo muchas tiendas que quieren vender sus mermeladas, vinagres, alioli…
«El amor está siempre presente en todo lo que hacemos. Por ejemplo, está a la hora de escoger las materias primas, de la mejor calidad.»
Trabajando con valores
Trabajan día a día teniendo presente su escala de valores, en la cual la economía social, la sostenibilidad y la preservación del territorio están muy presentes. Como los frutos silvestres y la fruta de cultivo, las setas, las olivas, las hierbas… son la esencia de sus conservas vegetales artesanas, procuran tener una muy buena relación con los productores con quienes trabajan.

Nos comentan, sin embargo, que cuesta encontrar una red consolidada en la que todos se ayuden , porque todavía hay quien va a la suya. Explican, por ejemplo, que hace unos quince años aproximadamente, se creó a través de la Agencia para el Desarrollo del Berguedà, una asociación de pequeños productores agroalimentarios de la comarca, que funcionó en su momento. Afirman, no obstante, que se han de espabilar para poder seguir saliendo adelante. Ahora, por ejemplo, están presentes en un catálogo de productores que ha sido elaborado desde el Parque Natural del Cadí-Moixeró, para potenciar a aquellos que están en los territorios de la zona (Alt Berguedà, Alt Urgell y Cerdanya), así como en la Guía de Productos Agroalimentarios del Berguedà, creada por la Diputación de Barcelona, la Red de Productos de la Tierra, el Ayuntamiento de Gironella y la Asociación Comarcal de Empresarios del Berguedà.

Saben que iniciativas como L’aranyonet contribuyen a la promoción local, porque «cualquier proyecto bien hecho es bueno, y todo suma». Para darse a conocer y contribuir de otro modo a explicar lo que transmiten sus productos, así como para divulgar lo que se hace en el Berguedà, organizan talleres. Precisamente, también han hecho en el Parque Natural Cadí-Moixeró. «Hacemos varios según la temporada. Por ejemplo, cuando llega el verano, recogemos moras, y hacemos mermelada con aquellas personas que desean aprender. Hacemos mermeladas con frutos silvestres, con frutas, elaboramos dulce de membrillo, alioli de membrillo… En otras ocasiones, hacemos talleres de fermentación en los que enseñamos a hacer chukrut, quefir y té kombutxa…»
Da la sensación de que L’aranyonet, aun habiendo pasado de los treinta, es un proyecto cargado de experiencia pero todavía con muchísimo por vivir y descubrir. Y es que, llenos de entusiasmo, se imaginan el futuro «trabajando como hasta ahora… ¡Y con mucha salud!».
L’aranyonet
El arte de elaborar deliciosas conservas vegetales artesanas
Plaza Coromines, 9
08696 La Pobla de Lillet
Alt Berguedà (Barcelona)
Tel. +34 93 823 65 08 / 617 590 156
http://www.aranyonet.com
aranyonet@aranyonet.com
Persona de contacto: Susanna Rotllant