Un proyecto global para recuperar el arte popular relacionado con la tradición de los pastores de los Andes y de los Pirineos, desde Andorra
Durante siglos y en distintos lugares del mundo, los pastores de montaña han elaborado artesanalmente parte de los objetos relacionados con el oficio, unos objetos que muestran rasgos comunes y que comparten materiales, colores, estética, patrones de diseño vinculados a la naturaleza… A partir de la fusión de este arte y con el objetivo de avivar una tradición que podría llegar a desaparecer con el tiempo, en 2019 nació VITAL, de la colaboración entre Timoteo Ccarita Sacaca, Vicenç Santamaria i Ollé y Albert Gomà i Sala (“Vi” de Vicenç + “T” de Timoteo + “AL” de Albert = VITAL).
Ellos son los emprendedores de VITAL, “conectores de personas e iniciativas diversas para crear cosas nuevas”, nos comentan. Según explican en su página web, Timoteo Ccarita Sacaca es maestro tejedor, investigador de tintes naturales y formador de tejedoras de Pitumarca, en Cuzco (Perú), y preserva la cultura inca manteniendo los diseños y las técnicas originales en la preparación de la lana y su posterior tejido. Vicenç Santamaria i Ollé es un artista que vivió en un pequeño pueblo del Pirineo, Asnurri, y colabora en la iniciativa como asesor artístico. Albert Gomà i Sala, cuyo padre era hijo de una antigua casa de Bellestar, en el Alto Pirineo y Arán (Hedra, actualmente en ruinas), y con unos fuertes vínculos con las comunidades de los Andes, coordina el proyecto.
Forman parte de la marca de productos agrícolas y artesanos de Andorra y, entre los productos que ofrecen, confeccionados con materiales naturales y de forma manual y artesanal, los hay tanto propios de los Pirineos y elaborados en Andorra, como del Perú: tapabocas, cojines de pastor, zurrones, ponchos, chalecos de pastor, bufandas, casquetes, chalinas, chullos, calentadores de cuello o de piernas, guantes, chaquetas, jerséis, lliclas, manteles, tapices, mantas e hilo de lana de alpaca.
Ponen en valor la colaboración entre diferentes culturas y colectivos en relación con el arte popular de las montañas, y promueven productos elaborados con materiales naturales y de forma manual y artesanal en los Pirineos y en los Andes, en Perú.
El proyecto cuenta con colaboradores muy diversos: Magda Osorio, diseñadora y costurera, es quien confecciona actualmente el cojín de pastor y el zurrón; el tapabocas se elabora con lana del Pirineo en el pueblo artesano de Val de San Lorenzo (León), mientras que unas 140 tejedoras de comunidades de los Andes participan en la elaboración del hilo de lana de manera totalmente artesanal. Se dedican asimismo al teñido natural y tejen con el tradicional telar de cintura. Además, distintas asociaciones de tejedoras son partícipes de VITAL: el club de madres de Ccapachapi; las asociaciones Munaik Tiklla, Inka Pachacutec, Ñaupa Away Karwi, Uchu Llukllu, Wasa Pampa y Labraco de Pitumarca; la asociación de Santa Bárbara en San Pablo; Chokecancha, en Lares, y la asociación Tres Apaquitas, en Marca Pata.
Arte y cultura vitales
A través del arte, VITAL introduce una nueva forma de colaboración entre diferentes culturas, sin fronteras: “Queremos transmitir unos valores comunes y una estética que nos identifiquen y que, al mismo tiempo, dejen patente la identidad de cada comunidad.” Los productos que comercializan transmiten tradición.
Explican la esencia de objetos como por ejemplo el cojín de pastor (una inspiración del vellón de lana que los pastores del Pirineo llevaban antiguamente para descansar), relleno con lana de oveja de Andorra y con una funda hecha con lino 100% europeo; el tapabocas, la manta tradicional de los pastores del Pirineo, o el zurrón (la bolsa que usaban los pastores de los Pirineos para llevar la comida), con un diseño tradicional y elaborado 100% con algodón europeo.
“Queremos transmitir unos valores comunes y una estética que nos identifiquen y que, al mismo tiempo, dejen patente la identidad de cada comunidad.”
Del Perú y de los pastores de los Andes difunden tejidos que han mantenido los diseños y el simbolismo originales durante miles de años, así como los procesos de producción artesanales partiendo, por ejemplo, de la lana de alpaca fina y cálida, de colores naturales (blanco, gris, tonos marrones y negro) y sin colorantes, que se hila y se teje a mano, o de productos, como los ponchos, que se han teñido con colorantes naturales hechos a partir de diversas plantas, minerales e incluso, el jugo de pequeños insectos que, al chafarlos producen un color rojo brillante. Los diseños representan patrones de la naturaleza donde viven las tejedoras: maíz (choclo), piña (piña), pavo real (pavo real), terrazas de cultivo (cultivo), flor de patata (flor de papa), colibrí (colibrí), llamas… Iconografías que son interpretaciones de la cosmovisión andina: desde la observación de las estrellas, las tradiciones y las costumbres relacionadas con los rituales y la sincronización energética de espíritus o materias como el Apu (montañas), Pachamama (madre cosmos), Teqsymuyo (madre tierra), volcanes auquis (espíritus), qhaha (energías “reaccionarias”), el sol, terremotos, vientos o vibraciones energéticas, entre otros.
Hablamos de VITAL con uno de sus creadores, Albert Gomà Sala
¿Por qué y cómo os decidisteis a poner en marcha VITAL?
Creo que la identidad y la cultura del Pirineo no se valoran lo suficiente. Lo vivo mucho en Andorra, donde se da mucha importancia y se pagan millones a las marcas multinacionales extranjeras, pero hay poca capacidad para poner en valor y promover los elementos culturales propios. En los Alpes, por ejemplo, sucede todo lo contrario, y el territorio y la identidad son fundamentales para el modelo económico.
Viviendo en los Andes y trabajando con comunidades para comercializar su arte en los Estados Unidos, decidí hacer el nexo con el Pirineo. De este modo, a partir de esta experiencia previa de recuperación cultural de los Andes, estoy empezando a imitar el modelo en el Pirineo.
¿Cuáles son los objetivos de vuestra iniciativa? ¿Qué valores pretende divulgar vuestro proyecto?
Queremos impulsar un modelo económico diferente del Pirineo y dar valor a la identidad y a la cultura propias, a través de un aprovechamiento sostenible e innovador de los materiales autóctonos.
¿Cómo tejéis las relaciones con los pastores, los productores y manipuladores de las materias, los tejedores… tanto en los Andes como en los Pirineos? ¿Qué clase de vínculo os une y cómo les repercute el proyecto?
El vínculo es el amor por el arte popular, la identidad y la calidad, y VITAL, como proyecto, tiene un impacto económico directo sobre 140 familias de los Andes, así como un impacto de imagen intangible incalculable. Además, en Andorra, hemos transformado toneladas de residuos de lana de oveja en productos innovadores y bellos que exportamos al mundo entero.
“La identidad y la cultura del Pirineo no se ponen en valor lo suficiente. Queremos impulsar un modelo económico diferente y dar valor a la identidad y a la cultura propias, a través de un aprovechamiento sostenible e innovador de los materiales autóctonos.”
Timoteo Ccarita Sacaca es maestro tejedor y Vicenç Santamaria i Ollé es artista. ¿Qué papel consideráis que tienen, el arte y la cultura, en la dinamización de los territorios y la preservación de las tradiciones ancestrales?
Tienen un papel fundamental, más allá del impacto económico directo, sobre todo para el mantenimiento de la identidad, la atractividad y la calidad de vida de un territorio.
¿Creéis en la viabilidad del turismo cultural, más sostenible y respetuoso con el entorno, en ese sentido?
¡Totalmente! Solo a través de una buena preservación de la identidad y del territorio se puede mantener una actividad turística sostenible a lo largo del tiempo, que genere impactos económicos sostenibles y bien repartidos entre toda la población. Lo contrario, la masificación turística de parque temático barato o segunda residencia, perjudica el futuro, no reparte tanto los beneficios entre todos los actores del territorio y, a la larga, afecta a la atractividad de la destinación y los habitantes pierden calidad de vida. Así es como se transforma un territorio con vida en un negocio para los cuatro que se benefician de él.
“El vínculo entre los que integran VITAL es el amor por el arte popular, la identidad y la calidad. Y es que el arte juega un papel fundamental, más allá del impacto económico directo, para el mantenimiento de la identidad, la atractividad y la calidad de vida de un territorio.”
¿Cómo es un día a día de vuestra vida, en relación a VITAL?
Muy variado. En mi caso, tanto puedo estar un día recogiendo lana en la montaña con las ovejas como en una feria en Estados Unidos, en los Andes con las comunidades, enviando correos electrónicos y llevando la contabilidad desde casa, o en una reunión con un ingeniero en la universidad para revisar los trabajos de investigación que tenemos entre manos.
¿De qué manera está presente la naturaleza en vuestra vida, y qué representa para vosotros la montaña? ¿Qué lazos os unen a ella?
El vínculo es total. Mi objetivo es preservar todo lo que tenemos y demostrar, a través del ejemplo, que un modelo de desarrollo sostenible y diversificado es posible. Desde aquí, me implico con VITAL, pero también con activismo en otros ámbitos. En el Pirineo tenemos una lucha para impulsar un modelo diferente, más armonioso con la naturaleza y la identidad cultural, y que no dependa tanto del monocultivo turístico de masas y el inmobiliario de segunda residencia.
“Solo a través de una buena preservación de la identidad y del territorio se puede mantener una actividad turística sostenible a lo largo del tiempo, que genere impactos económicos sostenibles y bien repartidos entre toda la población.”
¿Cuál creéis que será el futuro de los pastores de montaña y del sector, en los Pirineos?
En los Pirineos, en general, el futuro se ve bastante negro: la rentabilidad de las explotaciones no mejora, el relevo generacional es escaso y las ayudas públicas no son efectivas a la hora de promover una ganadería más sostenible, rentable e implicada en el mantenimiento del territorio frente a la gran distribución y a la enorme industria ganadera intensiva. Además, la lana en general es más un residuo que un activo económico.
Antes, primero valía la lana, después la carne y por último, la leche; hoy en día es al revés. No obstante, han surgido muchos pastores y pastoras por todo el Pirineo que están resistiendo y creando proyectos muy interesantes que demuestran que una ganadería silvopastoril, extensiva y arraigada al territorio es posible, así como un mejor aprovechamiento artesano e innovador de la lana local. En el Pallars (con la Escola de Pastors y Xisqueta) y en la Garrotxa es donde he conocido los mejores proyectos.
Creo que con unas ayudas públicas que promuevan una ganadería basada en la calidad y el impacto en el territorio y si se implanta más la venta directa en la cual cada productor sostenible pueda tener una comunidad fija de clientes durante el año, a los que venda directamente, los pastores del Pirineo tendrían mucho futuro. Pienso que la situación actual debería propiciar estos cambios hacia un nuevo modelo agrícola y ganadero en armonía con el entorno; el que ha tenido siempre el Pirineo.
“Han surgido proyectos en el Pirineo que demuestran que una ganadería silvopastoril, extensiva y arraigada al territorio es posible, así como un mejor aprovechamiento artesano e innovador de la lana local.”
¿Y en los Andes, desde un punto de vista global?
En Perú conviven, por un lado, comunidades andinas que conservan las tradiciones y la organización comunal para el cuidado de los rebaños; por otro, unas cuantas —pocas— enormes industrias textiles de la lana, muy tecnológicas y con un gran volumen de producción, que exportan hilo por todo el mundo, tienen sus marcas de lujo e intermediarios que compran la lana a estas comunidades. En los Andes, la lana es todavía el bien más preciado desde el punto de vista económico, mantienen una fuerte gestión comunal de los rebaños y las comunidades con buena lana tienen un nivel de vida digno en comparación con el entorno.
La problemática más importante radica en la fuerza y la autonomía de las comunidades frente a las industrias y sus intermediarios; hace falta que tengan más. Las comunidades han de tener más capacidad emprendedora, autonomía para clasificar y procesar mejor la lana, más conexiones con otros mercados. Esto les permitiría vender a un precio más elevado. Actualmente dependen demasiado de la compra de unas pocas industrias y de unos intermediarios que fijan los precios. Otra problemática es la conservación de las especies de camélidos que no proporcionan lana blanca —sino negra, gris o marrón—, ya que no tienen tanta salida al mercado porque las grandes industrias solo quieren lana blanca. Por esto, cada vez hay menos alpacas de esos colores y esta es la lana que nosotros más usamos.
“En los Andes, es necesario que las comunidades que mantienen las tradiciones y la organización comunal en el cuidado de los rebaños, tengan más fuerza y autonomía frente a las industrias y sus intermediarios.”
¿Qué os ha sorprendido más de los vínculos y las conexiones que habéis ido encontrando entre los pastores y pastoras de unos territorios tan alejados geográficamente? ¿Habéis fomentado vínculos entre los colectivos que colaboran en el proyecto, para consolidar esas conexiones?
Me sorprende el hecho de que tengan un modelo de vida, una conexión con el territorio y una identidad de lo que es ser pastor/pastora muy similares, a veces casi espirituales. En lo que respecta a fomentar los vínculos, no hemos podido trabajar este aspecto tanto como hubiéramos querido, es un reto que hay que hacer realidad.
¿En Andorra disponéis de algún taller? Si es así, ¿se puede visitar?
Tengo un taller en Nagol, pero como me desplazo mucho y he de almacenar mucha lana, no puedo atender las visitas como me gustaría. Quizás, en un futuro, cuando crezcamos más, sí que organizaré visitas, pero esa no es una prioridad por ahora.
¿Dónde pueden conseguirse vuestras creaciones, además de a través de vuestra página web?
Ahora mismo, se pueden encontrar en la página web y en determinadas ferias porque estamos fomentando más bien un modelo de venta directa al público y no a través de tiendas (hemos reforzado nuestra presencia local y ofrecemos más productos). Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que hay un producto en el que la mayor parte del precio se la llevan la persona que lo produce y la calidad de los materiales. Solo el coste de elaboración es ya suficientemente elevado y no podemos añadir al precio final el margen que pide la distribución convencional.
“Los pastores y las pastoras de territorios tan alejados geográficamente tienen un modelo de vida, una conexión con el territorio y una identidad muy similares, a veces casi espirituales.”
¿Qué tipo de clientela tenéis y qué es lo que valora de vuestros productos?
Trabajamos mucho con diseñadores de interiores de todo el mundo, y la clientela lo que valora es el diseño y la calidad. Los clientes son muy diversos, pero suelen ser personas con unos valores y un estilo de vida similares.
¿El trabajo en VITAL te permite disponer de tiempo libre para disfrutar del entorno?
Por ahora sí, y lo disfruto mucho. ¡No me alejaría nunca de los Pirineos! De hecho, cuando viajo, no me gusta hacerlo por ocio simplemente: si viajo es para conectar y trabajar con otros proyectos, artesanos o iniciativas.
¿Cómo proyectáis vuestro futuro? ¿Cómo os lo imagináis de aquí a unos cuantos años?
Me imagino una empresa referente en la puesta en valor de los materiales, los conocimientos y la identidad del Pirineo. Tenemos también el reto de introducir innovación tecnológica; de hecho, ya estamos trabajando en ello. Ahora mismo, estamos ligando materiales autóctonos del Pirineo con diseño e ingeniería, para crear productos que proporcionen un mayor confort a los hogares. Estamos trabajando en muchos proyectos que no hemos hecho públicos todavía. En definitiva, crecemos poco a poco, ¡pero tenemos mucho camino por recorrer!
Muchas gracias.
Vital
Un proyecto global para recuperar el arte popular relacionado con la tradición de los pastores de los Andes y de los Pirineos, desde Andorra
Nagol
AD600 Sant Julià de Lòria
Andorra
Tel.: +376 341 189
Persona de contacto: Albert Gomà Sala