Quién es
En los años 90, Angelines Briceño dejó su trabajo como administrativa en Madrid y se estableció con un grupo de amigos en la localidad de Aguilar, en el Pirineo aragonés, para vivir en el medio rural y llevar una vida de autosuficiencia e integrada en la naturaleza. Su deseo era llevar una vida marcada por el respeto hacia el entorno; por eso utiliza energía solar y cultiva su propio huerto de donde obtiene muchos de los frutos que le sirven para elaborar de manera artesanal deliciosos productos. Así, desde el año 1992 Angelines se dedica, con Mermeladas La Marmita, a la elaboración de mermeladas y jaleas, manteniendo la sabiduría tradicional de nuestras abuelas y aportando las innovaciones que su experiencia e intuición le inspiran.
Qué hace
En Mermeladas La Marmita se elaboran de manera artesanal mermeladas de todo tipo (de cabello de ángel, de calabaza y naranja, de pera y grosella, de zanahoria y naranja… y con azúcar blanco, azúcar moreno de caña, sin azúcar) y jaleas (de tomillo, de albahaca, de rosas o de membrillo, entre muchas otras), sin añadir conservantes ni colorantes ni aditivos químicos y basándose únicamente en la utilización de frutos, flores, plantas aromáticas y azúcar. Este trabajo implica recoger cada temporada los frutos silvestres, ya sea del huerto de Angelines o del campo. Seguidamente, se congelan y a partir de aquí los transforma en mermelada. Para ello, cuenta asimismo con productos (como trufas, azafrán o vino) procedentes de pequeños productores locales, potenciando así el consumo de proximidad. Además se ocupa de los otros muchos aspectos del negocio, como el etiquetado del producto (las etiquetas las hace ella misma), la preparación de los pedidos y su reparto (no dispone de distribuidor y da a conocer sus mermeladas en ferias artesanales y establecimientos locales).
El entorno
El pueblo de Aguilar se encuentra situado en el Pirineo aragonés, en una zona de gran tradición turística donde pueden llevarse a cabo actividades muy diversas. En ese sentido, destaca la posibilidad de realizar rutas de senderismo o de bicicleta de montaña, algo que permite descubrir, entre otras zonas naturales de gran interés, el valle del Ara, o el Geoparque Sobrarbe-Pirineos, en cuyo área se encuentra Aguilar. El patrimonio cultural de la zona es otro de los grandes reclamos turísticos, empezando por el casco antiguo de Boltaña, con interesantes edificios que van desde la edad media hasta el siglo XVIII y que cuenta con numerosos ejemplos de arquitectura pirenaica, o bien descubriendo el tesoro románico que alberga este territorio, un buen ejemplo del cual es la ermita de San Miguel de Aguilar, que data del siglo XI.