Pintando y recreando el paso del tiempo, a 1.219 m de altura
En el antiguo pajar de Cal Pel-ras se respira un olor especial. Telas, pintura, pinceles, ceras, esmaltes, yesos, lacas, gravados, colas… ocupan diversos rincones, en un orden preparado para ser alterado en cualquier momento. Es el taller de pintura —de arte— de Penélope Clot, un amplio y espacioso espacio de trabajo orientado a sur, cuya puerta comunica directamente con el patio de la casa. Las condiciones climatológicas del entorno —la humedad, la temperatura ambiente…— influyen directamente en su proceso de elaboración, un hecho que tiene en cuenta a la hora de dar forma a la materia prima que necesita para sus cuadros: unos rollos de material con texturas, de distintos colores. Prepararlos para poder avanzar, posteriormente, en su proceso creativo conlleva una laboriosa tarea y una buena planificación. El resultado es único, diferente cada vez.
Los cuadros que hace son muy especiales, fruto de su trayectoria como artista. En sus composiciones, de diversos formatos, destacan capas superpuestas de varias texturas, formas y colores armónicos, composiciones geométricas y evocaciones paisajísticas, y se refleja el uso de múltiples técnicas.

Orígenes y estudios
Nacida en 1975, Penélope se inició en el mundo del arte en la Escuela Massana de Barcelona, con unos estudios relacionados con la laca japonesa (2000-2001) y el grabado (2002-2003). Después, en la Escuela Da Vinci de la Ciudad Condal, cursó, entre los años 2005 y 2006, estudios de dibujo y perspectiva. Desde el año 1997 se había profesionalizado en la restauración de obras de arte y muebles antiguos.
Su obra actual es el reflejo de su trayectoria artística: las diferentes técnicas, soportes y estilos, las capas superpuestas, las transparencias, los colores, el uso del craquelado, del envejecimiento, la técnicas de fijación, las pátinas…
La artista nos invita a entrar en su taller y conversamos con ella para conocerla mejor.
Si tuvieras que explicarle a alguien quién eres, ¿cómo te definirías, como persona, artista y creadora?
Me resulta muy difícil separar la persona de la artista y creadora. Ser artista es una manera de vivir, de ver las cosas y de percibir lo que te rodea. Soy inquieta, apasionada, con una mente que constantemente dispara preguntas ante cualquier cosa. Esto me sucede en todos los ámbitos y con todo lo que está a mi alrededor; entonces llega un punto en el que me dejo atrapar por algo que me sorprende y que me remueve internamente, y entonces me sumerjo hasta el final, muy al detalle. Este carácter y forma de ser es mi esencia, mi ADN, que se ve reflejado de una forma muy evidente en mi obra. Y es que, primero, hay una visión global que me atrapa sea por lo que sea —por el color, la forma, la mezcla de elementos…— hasta que me acerco y entonces descubro todo su detalle y la profundidad que hay detrás.

¿Cómo describirías tu trayectoria vital, hasta el día de hoy?
Soy la pura definición de una persona autodidacta. Cuando alguna cosa te apasiona y te inquieta, es el motor de tu vida, no puedes hacer otra cosa que formarte constantemente. La investigación y la experimentación llevan implícita la palabra formación, y marcan tu trayectoria, una trayectoria que en mi caso está condicionada por el medio y la experiencia diaria en el conocimiento de los materiales con los que trabajo. Como cierre del círculo, está la venta de mi obra, algo en lo que ahora tengo el placer de colaborar con Pigment Gallery, descubriendo conjuntamente esta nueva etapa.
¿Cuándo y cómo empezó tu interés por la pintura, el dibujo, los grabados, el uso de técnicas como la laca japonesa…?
No recuerdo el día en el que todo esto empezó, pero creo que lo hizo de diversas maneras. Siempre he investigado y experimentado con todo aquello que caía en mis manos; esta es mi forma de vivir, es así como respiro y como he llegado a este punto.
«Mi ADN se ve reflejado en mi obra. En cualquier ámbito, primero hay una visión global que me atrapa por lo que sea. Me acerco y entonces descubro todo el detalle y la profundidad que hay detrás.»
Te formaste en diversas especialidades relacionadas con el arte en Barcelona. ¿Cuándo y por qué decidiste regresar a Das, el pueblo en el que naciste?
Nací y pasé los primeros años de mi vida en Das, hasta que se me quedó pequeño y sentí la necesidad de salir a experimentar nuevas sensaciones y descubrir el mundo que había fuera de los Pirineos. Disfruté mucho viajando, viviendo en Barcelona y conociendo cosas nuevas, y todo ello me provocó nuevamente un impulso tan fuerte como el anterior de volver a casa y a mi espacio natural, donde hoy resido y valoro, más que antes, la naturaleza, el silencio y la calma, que me ayudan a crear mi universo.
En la casa familiar donde tienes el taller, resides y también trabaja tu hermana, Danae Clot, ceramista. ¿Qué significa para ti, vivir en la Cerdanya? ¿Cómo describirías tu vínculo con Das y de qué manera están presentes este vínculo y la naturaleza, en tu vida?
Este es mi espacio: el caserío que construyeron mis tatarabuelos y que hoy disfruto junto a mi familia. Es un placer ver crecer a mi hija en este espacio tan seguro, tan querido y familiar, y tan conocido por mí. Esta es mi casa.
Cada instante de mi día a día está ligado a este entorno, y estar sujeta a la climatología, las estaciones, los colores y los animales que tengo y que conviven conmigo es fundamental para mi equilibrio y mis creaciones.
Hablemos de tu obra. ¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Cómo y desde dónde empieza? ¿Qué te inspira y cómo es un día cualquiera de tu vida?
Entro al taller cada día, sin una hora fija, pero muy condicionada por la climatología. Trabajo allí todo el tiempo del que dispongo; podríamos decir que cuando entro en el taller, el tiempo se para y no salgo de allí hasta que el hambre o las obligaciones me reclaman. El frío es para mí un mal compañero y condiciona todo el proceso de mi obra, ya que el material con el que trabajo desde el año 1997 está condicionado por la temperatura y la humedad. Esto quiere decir que, desde la primavera hasta el otoño, produzco dicho material, y creo mi obra compuesta desde el otoño hasta la primavera. Mi obra va ligada a la naturaleza y a los ciclos climatológicos que me rodean; todo es un ciclo que se mueve de manera natural.
«Cada instante de mi día a día está ligado al entorno. Estar sometida a la climatología, las estaciones, los colores, los animales que tengo y que conviven conmigo es fundamental para mi equilibrio y mis creaciones.»
¿Cómo ha ido evolucionando tu trayectoria profesional a lo largo de los años, y cuáles son tus referentes en el mundo del arte?
Toda mi trayectoria personal me ha ido preparando y dirigiendo hacia donde estoy ahora, y es ahora cuando estoy capacitada y preparada para crear e innovar en mi taller con comodidad. Al mismo tiempo, tengo la madurez y la experiencia para poder afrontar con seguridad los retos que el mundo del arte y la venta me plantean.
En cuanto a los referentes, no he buscado ninguno en el mundo del arte. He disfrutado de la pintura pero no la considero mi inspiración. Precisamente, los referentes los he encontrado en muchas otras disciplinas de distintos ámbitos que, aparte de descubrirme nuevos caminos, me han impulsado sin condicionarme en ningún sentido.

¿Qué crees que define y caracteriza tus cuadros?
La materialidad que se percibe cuando te acercas a mi obra es lo que la define y la caracteriza. La textura, el color y la combinación de estos elementos hacen que ese sea hoy mi sello personal. Esa materialidad evoluciona cada día conmigo y crece en el taller de maneras diferentes, adquiriendo nuevas formas dependiendo del día, del entorno y del momento en el que me encuentro.
Yo me formé, he aprendido y vengo del oficio de la restauración de obras de arte y muebles antiguos, lo que te implica manejar muchas pátinas, colores, policromías, observar mucho el envejecimiento (que es lo que a mí me gusta especialmente)… Así, me especialicé en envejecer: en casa cogía cosas y las sometía a todo un proceso con el cual parecía que tuviesen cien años. El aprendizaje de todas estas técnicas me ha inspirado a la hora de componer, crear, escoger colores…, más que cualquier otro artista. De hecho, el envejecimiento y todas las técnicas relacionadas con la restauración de muebles es lo que recuperé de mi experiencia en este ámbito. Todo lo que creo lleva la huella del paso del tiempo: craquelados, fisuras, golpes y grietas conforman la piel de mi obra.
¿Cómo definirías tu relación con los materiales que empleas?
Mi material nació fruto de un error que me llevó a investigar durante mucho tiempo; fue el final de una etapa y el principio de la actual. Un año después de ese acontecimiento fortuito y de estudiarlo y experimentarlo, ese material se convirtió en la parte esencial de mi obra, y hoy ya no puedo imaginar mi obra sin él: es una relación intensa que me ayuda a crecer y a innovar, que me sorprende e impulsa.
«Todo lo que creo lleva la huella del paso del tiempo: craquelados, fisuras, golpes y grietas conforman la piel de mi obra.»
¿Cuánto tiempo puede llevarte la creación de un cuadro?
El tiempo de creación depende de muchas cosas. En mi caso, el proceso implica dos partes: la primera consiste en crear el material, y la segunda, en componer la obra. La primera fase es la más larga y dura, y requiere un esfuerzo físico muy importante debido a la magnitud de las telas y a la manipulación de los materiales; en cambio, la parte de creación puede variar y está más ligada al estado de ánimo.
Para preparar el material —imprescindible para hacer la obra— utilizo unos yesos, que van patinados con diversos productos, como betún de Judea, esmaltes… Este trabajo y mezcla están siempre condicionados por la climatología: solamente puedo hacer el yeso durante el verano por una cuestión de calor, humedad y secado rápido, mientras que durante el invierno es cuando utilizo el material que he producido para componer los cuadros.
Siempre trabajo en el taller, y siempre lo hago en formato horizontal, porque es así como trabajo las pátinas y porque el resultado va encolado en la tela o superficie en la que estará ubicada la obra, y todo ello ha de ser siempre en horizontal. En cuanto a los formatos, me gusta mucho el gran formato porque me permite explayarme mucho, pero también me gusta trabajar los pequeños formatos porque me permiten hacer pequeños ejercicios, dar a luz a nuevas ideas que surgen y que después puedo trasladar a los grandes formatos.
¿Qué vínculo tienes con cada pieza que creas? ¿Cómo se impregna tu esencia y cómo se refleja tu manera de vivir y de ser?
Cada una de las piezas que sale de mi taller es única y refleja un momento de vida y una experiencia vivida. Por eso puedo decir que todas y cada una de mis obras me han marcado especialmente, de maneras diferentes. La evolución de todo ello no me permite ligarme de forma enfermiza a ninguna de mis piezas, ya que cada una de ellas forma parte de una trayectoria y de un proceso a los cuales sí que estoy ligada y que están constantemente en movimiento y evolución.
«Cada una de las piezas que sale de mi taller es única y refleja un momento de vida y una experiencia vivida.»

¿Qué quieres transmitir con tus piezas a quien las adquiere? ¿Qué crees que las distingue y qué valora de ellas tu clientela?
Las piezas las hago para mí, me gusta que el espectador sea libre de interpretarlas a su manera. Por este motivo firmo siempre detrás de los cuadros, porque me gusta pensar que así, quien los contemple será libre de interpretarlos y colocarlos como mejor le parezca.
Hago también obras por encargo, siempre que la persona que lo haga esté abierta al hecho que la obra la hago yo y no me condicione coartando mi libertad a la hora de crear.
La gente que se acerca a mi obra valora mucho la composición y la energía que desprende. Muchas veces no sabe el porqué, pero no puede dejar de mirarla; muchas personas me dicen que horas después todavía les vuelve a la mente la imagen o aquello que les ha removido por dentro. Quedan atrapados por los colores y las texturas, las composiciones y las formas.
Tus exposiciones han tenido como ejes centrales temáticas como los vínculos —omnipresentes— y las identidades, el tiempo… en el que los estados de ánimo y la esencia personal son los protagonistas. ¿Cuáles son los grandes temas que marcan tu arte?
Los Vínculos y las Identidades son dos series independientes. En ambas el entorno juega un papel muy importante, ya que en Vínculos, diálogos y desvínculos hablo de todo aquello que nos sucede en la vida como seres humanos, y en cambio en Identidades hablo de aquello que nos ha hecho como somos. Al final, en las dos series dialogo con todo lo que nos convierte en lo que somos.
«Las personas que se acercan a mis obras valoran mucho la composición y la energía que desprenden. Quedan atrapados por los colores y las texturas, las composiciones y las formas.»
Estás presente en Instagram. Quien quiere conocer tu obra, ¿cómo puede hacerlo?
Estoy presente en Instagram ya que el lugar en el que vivo está muy alejado de las líneas de distribución. Instagram es, para mí, una ventana al mundo, independientemente del lugar en el que viva. Quien quiera adquirir mi obra puede ponerse en contacto conmigo o bien con la galería Pigment Gallery, que es ahora mismo quien me representa. Por otra parte, mi taller está abierto a las visitas, ya que estas me aportan constantemente una visión exterior de lo que hago muy enriquecedora y ello me ayuda a crecer y a tener nuevos puntos de vista.
En lo que se refiere a la vida en Das, a 1.219 m de altura, ¿te permite tu trabajo como pintora y creadora disponer de tiempo libre para disfrutar de la naturaleza? ¿Qué supone para ti vivir aquí? ¿Qué ventajas y desventajas tiene tener aquí el taller?
Vivir aquí me permite disfrutar del entorno y de lo que amo. El hecho de estar en un lugar aislado tiene la ventaja de la soledad, los paseos y el silencio. El aislamiento, que hace unos años podría ser una desventaja, hoy en día ya no existe y se ha solucionado con las comunicaciones que tenemos y que han ido acortando las distancias. Me considero ciudadana del mundo, pero ahora no puedo imaginar mi vida en ningún otro lugar.

¿Formas parte de alguna asociación o entidad que divulgue la tarea de los artistas de la zona?
No, no he encontrado aún un lugar en la comarca en el que estemos representados los artistas y donde podamos disponer de un espacio para exponer y promover nuestra obra como creadores locales. No es una comarca muy dada al mundo del arte y falta una inquietud en ese sentido que haría falta sacudir.
«Vivir aquí me permite disfrutar del entorno y de lo que amo. El hecho de estar en un lugar aislado tiene la ventaja de la soledad, los paseos y el silencio.»
¿Crees que las diferentes expresiones artísticas han de ponerse más en valor a la hora de dinamizar el territorio, como un atractivo patrimonial?
El papel del arte es fundamental para transmitir la cultura y la identidad de un país. El arte hace pensar, cuestionar y por lo tanto, proporciona nuevos puntos de vista, y eso fomenta la evolución de la sociedad.
Finalmente, ¿cómo imaginas tu futuro? ¿Tienes previsto experimentar con nuevas técnicas?
Hoy imagino mi futuro con el cierre de un círculo. El hecho de crear y vender mis obras es muy importante y sano para mí. Cada vez que hago una exposición y mis obras dejan el taller, siento que empiezo una nueva etapa, y que la ligereza del espacio me ayuda a no estancarme y a seguir adelante dentro de este círculo vital tan ligado al espacio y a todo lo que tengo cerca.
Penélope Clot
Pintando y recreando el paso del tiempo, a 1.219 m de altura
Cal Pel-ras
17538 Das
Cerdanya (Gerona)
Teléfono de contacto: 699 14 58 24
Instagram:
@penelope_clot
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Persona de contacto: Penélope Clot Grau